Desmitificando la compra de ojivas por el ICE: Un error administrativo que desató una tormenta de desinformación

Desmitificando la compra de ojivas por el ICE: Un error administrativo que desató una tormenta de desinformación
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-12
Fuentes
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- Error en codificación administrativa confundió la compra de dispositivos tácticos con ojivas de misiles.

- Reacciones políticas y sociales generaron alarma y protestas en varias ciudades de EE.UU.

- Verificación rigurosa desmonta la narrativa: ICE no adquirió armamento explosivo, sino equipos de distracción y entrenamiento.

Un pago que encendió la alarma nacional

El 19 de septiembre de 2025, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) registró un pago por 61.218 dólares a Quantico Tactical bajo el concepto de “ojivas de misiles guiados y componentes explosivos”. La noticia, inicialmente difundida en redes sociales y amplificada por figuras políticas, detonó una ola de preocupación y protestas en ciudades como Chicago y Portland, donde el ICE ha sido foco de controversias por su accionar policial.

“El aumento del gasto del ICE en municiones y equipos tácticos ha sido significativo, y esta compra levantó sospechas legítimas entre la ciudadanía”, comentó un activista de derechos humanos en Chicago.

La investigación desmonta el mito

Sin embargo, tras un análisis exhaustivo de los registros federales y entrevistas con expertos, se determinó que el código de producto y servicio (PSC) asignado a la compra fue un error administrativo. Quantico Tactical, empresa proveedora, aclaró que no comercializa ojivas ni artefactos explosivos, sino armas de fuego, accesorios y dispositivos de distracción como granadas de humo y bombas de destello.

David Hensley, CEO de Quantico Tactical, afirmó a WIRED: “No vendemos ojivas de misiles guiados. Creemos que el código asignado por la oficina de contratación de ICE fue equivocado”.

Además, el ICE no ha realizado compras anteriores bajo códigos que indiquen adquisición de misiles o explosivos, y los pagos recientes corresponden a programas de entrenamiento y equipamiento táctico para su Oficina de Armas de Fuego y Programas Tácticos.

Perspectivas encontradas: política, sociedad y seguridad

Desde el ámbito político, la confusión fue aprovechada para cuestionar el aumento presupuestario y la militarización de las fuerzas migratorias. Senadores demócratas y organizaciones civiles exigieron transparencia y regulación más estricta.

“Aunque la compra no fue de ojivas, el incremento en el gasto en armamento y agentes tácticos es preocupante y debe ser fiscalizado”, señaló una congresista de Illinois.

Por otro lado, defensores del ICE argumentan que el equipamiento es necesario para enfrentar situaciones de alta complejidad en sus operaciones, y que la agencia ha actuado dentro del marco legal.

En la sociedad civil, el episodio alimentó la desconfianza hacia las agencias migratorias y exacerbó temores sobre el uso excesivo de la fuerza, especialmente tras episodios recientes donde se documentó el uso frecuente de gas lacrimógeno y gas pimienta en manifestaciones.

Conclusiones y lecciones aprendidas

Este caso revela cómo un error técnico puede escalar rápidamente en la era digital, alimentando narrativas que, sin contexto ni verificación, generan polarización y miedo.

La revisión rigurosa de los hechos confirma que ICE no adquirió armamento explosivo, sino dispositivos destinados a entrenamiento y control táctico. No obstante, la controversia subraya la necesidad de mayor transparencia en contratos públicos y la importancia de una comunicación clara para evitar malentendidos que impacten en la opinión pública.

Finalmente, el episodio deja en evidencia la tensión latente entre seguridad, derechos humanos y políticas migratorias en Estados Unidos, un choque que seguirá desafiando a las autoridades y a la sociedad civil en los próximos años.