El terreno sin señal del acusado en la desaparición de Krishna Aguilera: un refugio para el silencio

El terreno sin señal del acusado en la desaparición de Krishna Aguilera: un refugio para el silencio
Actualidad
Crimen y seguridad
2025-11-12
Fuentes
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- Aislamiento geográfico: terreno sin señal celular ni internet en Curicó.

- Compra sospechosa: propiedad adquirida días antes de la detención, a nombre de un tercero.

- Investigación en curso: allanamientos y búsqueda sin resultados concluyentes.

La desaparición de Krishna Aguilera, joven madre de 19 años vista por última vez el 4 de octubre en San Bernardo, ha dejado un rastro que se extiende hacia un terreno solitario en la comuna de Curicó. Este predio, adquirido días antes de la detención de Juan Enrique Beltrán Olivares —conocido narcotraficante y principal acusado—, carece de señal de celular e internet, un detalle que no ha pasado inadvertido para las autoridades y los vecinos.

“Es un lugar aislado, donde no hay contacto con el exterior. Eso dificulta cualquier tipo de comunicación o vigilancia,” comenta un residente del sector El Manzano, donde se ubica la propiedad. El terreno, adquirido formalmente a nombre de una mujer que nunca ha sido vista en la zona, posee una fosa de agua que despertó especial interés en Beltrán, según testimonios recogidos por medios como Mucho Gusto.

Desde el inicio de la investigación, la Policía de Investigaciones (PDI) ha realizado múltiples allanamientos, incluyendo viviendas en San Bernardo y búsquedas en canales de regadío, sin encontrar aún pistas definitivas sobre el paradero de Krishna. El terreno en Curicó, a media hora de la ciudad, se suma a otros dos predios vinculados al acusado, uno en Calera de Tango y otro en la Región Metropolitana.

El conflicto entre la necesidad de justicia y el misterio que envuelve la desaparición ha generado diversas reacciones. Desde la perspectiva policial, este aislamiento podría haber sido utilizado para ocultar evidencias o incluso la víctima misma. Sin embargo, voces comunitarias y expertos en criminología advierten sobre la complejidad de atribuir certezas sin pruebas concretas.

En el plano político y social, la causa ha encendido debates sobre la seguridad en zonas periféricas y la efectividad del sistema judicial frente a delitos vinculados al narcotráfico. “Este caso refleja la vulnerabilidad de muchas comunidades frente a redes criminales que operan con impunidad,” señala un académico en criminología de la Universidad de Chile.

Por otro lado, sectores que cuestionan la cobertura mediática inmediata apuntan a la importancia de un abordaje que evite la criminalización anticipada y respete el debido proceso, recordando que la investigación sigue abierta y que la presunción de inocencia debe prevalecer.

A un mes de la desaparición, el terreno aislado sigue siendo un enigma que simboliza el silencio y la incertidumbre que rodean al caso. La búsqueda de Krishna Aguilera continúa, mientras la sociedad observa expectante, enfrentando la tragedia de una familia y la tensión entre justicia, verdad y especulación.

Conclusiones

Este episodio desnuda varias verdades incómodas: la fragilidad de la seguridad en zonas rurales y periféricas, la complejidad de investigaciones en entornos aislados, y la tensión entre la urgencia social por respuestas y la necesidad de procesos rigurosos y justos. La compra del terreno, el aislamiento geográfico y la falta de evidencias concluyentes hasta ahora, invitan a la reflexión sobre cómo se enfrenta el crimen organizado y sus impactos en comunidades vulnerables.

El caso Krishna Aguilera no solo es una tragedia personal, sino un espejo de desafíos estructurales que Chile debe abordar con profundidad y sin apresuramientos.