Rodrigo Paz asume la presidencia de Bolivia: el giro inesperado en la política andina

Rodrigo Paz asume la presidencia de Bolivia: el giro inesperado en la política andina
Internacional
América Latina
2025-11-12
Fuentes
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- Victoria con matices: Paz gana con 54,57% en segunda vuelta, pero la polarización persiste.

- Chile y Bolivia en foco: Boric reconoce y apuesta por cooperación bilateral.

- Retos inmediatos: estabilización política y económica en un país con heridas recientes.

El triunfo de Rodrigo Paz en Bolivia ha marcado un punto de inflexión que, a más de veinte días del balotaje, revela un escenario complejo y matizado. El 20 de octubre, Paz, candidato de la Democracia Cristiana, obtuvo un 54,57% de los votos, imponiéndose sobre el conservador Jorge Quiroga, quien alcanzó el 45,43%. Sin embargo, el resultado no ha cerrado las heridas de un país marcado por la polarización política y social que se arrastra desde hace años.

Un triunfo con ecos de reconciliación y desafío

Desde Santiago, el presidente Gabriel Boric fue uno de los primeros en felicitar a Paz, "Felicito al Presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz, por su triunfo en las elecciones y a todo el pueblo boliviano por su participación democrática en las urnas". Este gesto simboliza no solo un reconocimiento político, sino también la intención de fortalecer la cooperación bilateral entre dos países con una historia compartida y disputas latentes, especialmente en materia de recursos hídricos y comercio.

Pero en Bolivia, la recepción del triunfo es diversa. Sectores progresistas y movimientos sociales, que apoyaron a otras candidaturas, observan con cautela el ascenso de un demócrata cristiano que promete diálogo pero que proviene de una tradición política distinta a la de Evo Morales y el MAS. En contraste, la derecha boliviana celebra una recuperación que consideran necesaria para estabilizar la economía y la institucionalidad.

Las voces en disputa

Por un lado, la Democracia Cristiana boliviana presenta a Paz como un líder capaz de tender puentes y superar la fractura social. "Es tiempo de reconstruir Bolivia con unidad y respeto a la diversidad", declaró un vocero del partido, enfatizando el compromiso con los derechos indígenas y el desarrollo sostenible.

En cambio, desde el MAS y sus aliados, se advierte sobre riesgos de retrocesos en políticas sociales y derechos conquistados. "No podemos permitir que la derecha borre los avances de los últimos años", afirmó un dirigente cercano al expresidente Morales, reflejando la tensión que aún persiste.

En Chile, expertos en relaciones internacionales valoran el gesto de Boric como un paso hacia una agenda regional más integrada, aunque reconocen que las diferencias históricas y las disputas limítrofes seguirán siendo un desafío para la relación bilateral.

Consecuencias visibles y desafíos inmediatos

A casi un mes de la segunda vuelta, Bolivia enfrenta la tarea de consolidar la gobernabilidad en un contexto económico que muestra signos de fragilidad, con inflación contenida pero un crecimiento económico lento. La nueva administración ha comenzado a delinear un plan de reactivación que incluye inversiones en infraestructura y un enfoque en la diversificación productiva.

También emergen interrogantes sobre la estabilidad social, dado que sectores movilizados han anunciado vigilancia activa para que no se desmantelen políticas sociales clave. La tensión entre la necesidad de diálogo y la presión de grupos con demandas específicas configura un escenario que promete ser convulso.

Mirada final

Este episodio electoral y su desenlace no solo reflejan la dinámica interna boliviana, sino que también ilustran las complejidades de la política latinoamericana en un momento de cambios y redefiniciones ideológicas. La felicitación de Boric y la apuesta por la cooperación regional son señales alentadoras, pero la realidad muestra que el camino hacia la estabilidad y el desarrollo será arduo y estará marcado por la confrontación de visiones profundas.

En definitiva, el triunfo de Rodrigo Paz es un triunfo a medias, un llamado a la prudencia y al entendimiento en un país que, como muchos en la región, busca reconciliar su pasado con un futuro incierto. La historia continúa, y los próximos meses serán decisivos para saber si esta nueva etapa puede superar la tragedia de la división o si será otro capítulo de un conflicto sin fin.

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Fuentes: Cooperativa.cl, análisis de expertos en política latinoamericana, declaraciones oficiales del gobierno chileno y boliviano.