La disputa por el liderazgo de la derecha chilena: un video musical que desnuda fracturas

La disputa por el liderazgo de la derecha chilena: un video musical que desnuda fracturas
Actualidad
Política
2025-11-12
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- Disputa pública entre figuras clave de la derecha chilena a pocos días de la elección.

- Video musical como campo de batalla político y cultural.

- Reacciones encontradas que reflejan la fragmentación y la crisis de identidad del sector.

En un escenario político que ya se vivía con alta tensión, la derecha chilena se ha visto envuelta en una batalla poco convencional: un video musical lanzado por Evelyn Matthei, candidata presidencial de Chile Vamos, que ha provocado una oleada de críticas y tensiones internas a solo días de la elección presidencial.El video, difundido el 5 de noviembre de 2025, contiene un coro que repite "no soy Kast, no soy Jara", una frase que busca distanciar a Matthei tanto del oficialismo como del sector más duro de la derecha representado por José Antonio Kast y Jeannette Jara. Esta pieza audiovisual no solo critica a sus adversarios políticos sino que también pone en evidencia las profundas divisiones y la falta de unidad en el bloque conservador.

Desde el gobierno y la izquierda, la reacción fue inmediata y dura. La candidata comunista Jeannette Jara calificó el video como parte de una disputa interna que refleja la incapacidad de la derecha para gobernar, señalando que el sector está enfrascado en una lucha por el liderazgo que les impide presentar una propuesta clara a la ciudadanía. “La derecha chilena está en una disputa por quién conduce el sector, viene autodestructivamente mostrando nula capacidad de gobernabilidad y ponerse de acuerdo”, afirmó Jara.

Por otro lado, José Antonio Kast, representante del ala más conservadora y duro de la derecha, consideró que Matthei cometió un “tremendo error” con el video, lamentando que esta acción pueda perjudicar las posibilidades del sector de derrotar a la izquierda en primera vuelta.“Creo que se hace un daño ella misma y le hace un daño a una posibilidad real”, dijo Kast.

Matthei, por su parte, defendió la iniciativa como un intento de ofrecer una alternativa distinta, que no se identifique con los extremos y que proponga un liderazgo que vaya más allá de las figuras polarizadoras. Sin embargo, su actitud al ver la repercusión fue ambivalente; aunque reconoció que se invirtieron recursos en la campaña, evitó profundizar en el tema y rápidamente retomó su agenda.

Este episodio desnuda una crisis de identidad y liderazgo dentro de la derecha chilena, que se refleja en la incapacidad para construir un relato común y una estrategia unificada, justo cuando la competencia electoral exige cohesión y claridad.

Desde una perspectiva regional, la división también se percibe en los distintos territorios donde las bases de los partidos enfrentan desafíos para alinearse con las directrices nacionales, generando incertidumbre en la movilización electoral.

Ciudadanos y analistas han expresado preocupación por el impacto que esta disputa puede tener en la percepción pública del sector, especialmente en un contexto donde la confianza en las instituciones y en la clase política sigue en niveles bajos.

En conclusión, el video musical de Matthei no es solo una pieza de campaña, sino un síntoma de las tensiones internas y las dificultades para consolidar un liderazgo claro en la derecha chilena. Mientras tanto, la izquierda observa con atención, consciente de que la fragmentación del adversario puede ser una ventaja estratégica.

Las consecuencias de esta disputa se verán reflejadas en los próximos días, cuando los votos comiencen a contarse y las coaliciones busquen recomponer sus fuerzas para enfrentar un escenario electoral que se presenta más incierto que nunca.