La vandalización de la Fuente Alemana: Patrimonio en disputa y heridas abiertas

La vandalización de la Fuente Alemana: Patrimonio en disputa y heridas abiertas
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-13
Fuentes
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- Restauración histórica y vandalismo inmediato

- Choque entre valor patrimonial y expresiones sociales

- Impacto psicológico y medidas de protección en debate

Un día de gloria que duró menos de 24 horas. La Fuente Alemana, emblemático monumento del Parque Forestal en Santiago, fue reinaugurada oficialmente el 17 de octubre de 2025 tras un extenso proceso de restauración. La obra, símbolo de la capital desde 1913 y dañada durante el estallido social de 2019, volvió a lucir limpia, con sus elementos de bronce y granito recuperados, en un acto que contó con la presencia de autoridades regionales y municipales. Sin embargo, menos de un día después, el sábado 18 de octubre, la fuente amaneció nuevamente vandalizada con grafitis y rayados que decían "Ni perdón ni olvido".

Este episodio puso en evidencia un choque profundo entre la valoración del patrimonio histórico y las expresiones de protesta social que aún persisten en la ciudad. El alcalde de Santiago, Mario Desbordes, calificó los hechos como "vandalismo sistemático" y anunció la instalación de una "reja patrimonial" para proteger la fuente durante las noches y en situaciones de manifestaciones. Además, adelantó una ordenanza municipal para sancionar con mayor dureza estos actos, mientras que el gobernador metropolitano Claudio Orrego prometió querellas contra los responsables y una restauración constante durante al menos un año.

Por otro lado, la fuente de tensión no se limita a la escultura. La restauración y entrega del monumento forman parte de un plan de mejoramiento urbano asociado al avance de la futura Línea 7 del Metro, lo que añade un componente político y social al conflicto. Orrego señaló que "hay un grupo de antisociales que no entiende el respeto, que pide el respeto para ellos, pero ellos no son capaces de respetar lo que nos pertenece a todos".

En el epicentro de esta controversia está la familia Siri, dueña de la Antigua Fuente (ex Fuente Alemana), negocio gastronómico ubicado a escasos metros de Plaza Italia y que fue escenario de múltiples enfrentamientos durante el estallido social. En agosto de 2022, presentaron una demanda contra el Estado, acusando la falta de protección y el daño sufrido durante años de violencia en el barrio. Un peritaje psicológico independiente reveló el impacto profundo en la salud mental de varios integrantes de la familia, con diagnósticos de trastorno de estrés postraumático complejo y ansiedad severa.

Claudio Siri, administrador del local, relató: "Sentía que tal vez me había muerto y me había ido al infierno, porque todo era tan perfectamente adverso... Era como estar atrapado en un perfecto desastre del sufrimiento". Su primo Carlos Siri también fue víctima directa de agresiones y desarrolló un cuadro de estrés agudo persistente. El patriarca familiar, Pablo Siri, vivió un duelo crónico silencioso, agravado por el deterioro del negocio que fue su eje vital.

Desde el punto de vista económico, un informe contable determinó que el lucro cesante sufrido por la familia entre 2019 y 2022 asciende a 25.646,98 UF (unos $857 millones), reflejando la caída sostenida de ingresos por la violencia y el deterioro del entorno.

Este caso no solo expone la fragilidad del patrimonio cultural ante la violencia, sino también la complejidad social que rodea a las protestas y la expresión ciudadana en Chile. Carlo Siri, dueño de la Antigua Fuente, ha señalado que "la película es el lado B del estallido, que se ha intentado romantizar y eran puros delincuentes". Su testimonio invita a reflexionar sobre las múltiples caras de un conflicto que aún no encuentra cierre.

En paralelo, la Municipalidad de Santiago y el Gobierno Regional trabajan en medidas para proteger el monumento, combinando restauración continua, vigilancia y regulación. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿cómo equilibrar el respeto al patrimonio con el derecho a la protesta en una ciudad que aún arrastra heridas abiertas?

Verdades y consecuencias:

- La restauración de la Fuente Alemana es un logro técnico y cultural que refleja el compromiso por preservar la historia urbana.

- El vandalismo inmediato evidencia que la restauración física no resuelve las tensiones sociales ni los reclamos simbólicos que persisten.

- El impacto psicológico y económico en los dueños del negocio cercano refleja la dimensión humana y material del conflicto.

- Las respuestas institucionales apuntan a la protección y sanción, pero también deben considerar la integración social y el diálogo para evitar la repetición de estos episodios.

En definitiva, la Fuente Alemana se ha convertido en un escenario donde se confrontan memoria, identidad, protesta y orden público. La tragedia ajena que sufren sus protagonistas es el reflejo de un país que busca reconciliarse con su pasado reciente y construir un futuro donde el patrimonio y la ciudadanía convivan sin fracturas irresolubles.