Matthei cuestiona legado del estallido social: ¿heridas abiertas o lecciones no aprendidas?

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Actualidad
Política
2025-11-13
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- Crítica frontal a la gestión del gobierno Boric y a los extremos políticos.

- Revisión profunda de las consecuencias sociales y políticas del estallido social de 2019.

- Debate abierto sobre mérito y clientelismo en la administración pública chilena.

Un escenario marcado por heridas y desencuentros

El 18 de octubre de 2019, Chile se vio sacudido por un estallido social de magnitudes inéditas en su historia reciente. Seis años después, la abanderada presidencial Evelyn Matthei, en una gira por la Región del Maule, ha puesto en el centro del debate público una reflexión crítica que no esquiva los fantasmas que aún rondan el país.

'El estallido nos dejó enseñanzas, pero también heridas. En Chile hay demasiada inequidad aún. La calidad de la educación está mala. ¿Y para qué hablar de la delincuencia? Esa violencia terrible abrió espacio para la ola de delincuencia que tenemos hoy día', afirmó Matthei, señalando la compleja relación entre la violencia social y el aumento de la inseguridad ciudadana.

Este diagnóstico, que no es nuevo, adquiere fuerza al ser pronunciado por una figura política que representa a la derecha tradicional, la cual ha sido crítica tanto del gobierno actual como de los extremos políticos que, según ella, se han beneficiado de la división social.

Un gobierno cuestionado desde dentro

Matthei acusó al gobierno del Presidente Gabriel Boric de reemplazar a funcionarios públicos seleccionados por mérito por personas ligadas a su círculo político, un fenómeno conocido en Chile como 'apitutamiento'.

'El actual gobierno está sacando de sus puestos a gente competente para dejar a sus apitutados en puestos claves. Eso genera errores que pagamos todos los chilenos, como en las cuentas de la luz', denunció, apuntando a una crisis de gestión que trasciende la mera disputa partidaria.

Este reclamo encuentra eco en sectores ciudadanos que demandan mayor profesionalismo y transparencia en la administración pública, pero también abre un debate sobre el equilibrio entre renovación política y estabilidad institucional.

Los extremos y la fragmentación política

La candidata también se refirió a la arremetida del candidato republicano José Antonio Kast contra el gobierno, quien acusó a sus integrantes de haber estado en las calles justificando la violencia y empujando a Chile al abismo.

'Nunca me han gustado los extremos, que sólo se benefician de la falta de unidad entre los chilenos. La inmensa mayoría no está ni ahí con la política ni con los partidos. Sólo pide que Chile sea un país de democracia y soluciones', reflexionó Matthei, apelando a un anhelo ciudadano por la reconciliación y la gobernabilidad.

Este llamado pone en evidencia la tensión entre quienes buscan explicaciones y responsabilidades en los hechos del pasado y quienes prefieren mirar hacia adelante, buscando consensos que permitan superar la polarización.

Perspectivas regionales y sociales

En regiones como El Maule, donde Matthei realizó su gira, la percepción sobre el estallido social y sus consecuencias es ambivalente. Si bien hay reconocimiento de las demandas sociales que motivaron las protestas, también existe preocupación por el aumento de la delincuencia y la percepción de un debilitamiento institucional.

Organizaciones sociales y académicos han señalado que la violencia y la inequidad no pueden ser analizadas aisladamente, sino como parte de un entramado complejo que incluye factores históricos, económicos y culturales.

Verdades y consecuencias

A seis años del estallido, Chile sigue enfrentando un país fragmentado, con heridas abiertas y desafíos pendientes. La reflexión de Matthei pone en relieve que, más allá de las interpretaciones políticas, existe una demanda ciudadana transversal por justicia social, seguridad y eficiencia en la gestión pública.

La tensión entre mérito y clientelismo, entre memoria y olvido, y entre extremos y centro político, continuará siendo el escenario donde se jugará la estabilidad y el futuro de la democracia chilena.

En definitiva, la tragedia del 18-O no se ha cerrado; sus ecos resuenan en cada debate político y social, desafiando a los actores a encontrar caminos que permitan sanar y avanzar.

Fuentes: La Tercera (18-10-2025), análisis regionales y entrevistas a expertos en política chilena.