España y Chile sellan alianza en supercomputación e inteligencia artificial: un paso estratégico con múltiples miradas

España y Chile sellan alianza en supercomputación e inteligencia artificial: un paso estratégico con múltiples miradas
Tecnología y Digital
Inteligencia Artificial
2025-11-13
Fuentes
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- Cooperación internacional en tecnología avanzada

- Debate sobre impacto económico y energético

- Tensiones entre expectativas y desafíos reales

España y Chile firmaron el 23 de octubre un Memorándum de Entendimiento (MoU) para colaborar en supercomputación e inteligencia artificial (IA), un acuerdo que busca fortalecer la infraestructura científica y tecnológica de ambos países y posicionar a Chile como un referente regional en estas áreas. El acto contó con la presencia del ministro chileno Aldo Valle, la embajadora española Laura Oroz y representantes del Barcelona Supercomputing Center.

Este pacto, enmarcado en la Red Birregional UE-LAC HPC Network, pretende facilitar el intercambio de capacidades, infraestructura y conocimiento científico entre Europa y América Latina. 'Un hito que consolida la presencia de Chile en la región y refuerza la interoperabilidad con infraestructuras europeas', destacaron fuentes oficiales.

Sin embargo, la noticia no ha sido recibida con unánime entusiasmo ni sin cuestionamientos. Desde el ámbito político chileno, voces progresistas valoran el acuerdo como un impulso necesario para la modernización tecnológica y científica del país, que podría traducirse en mayor competitividad y en la creación de empleos calificados. 'Esta alianza abre puertas para que nuestra academia y empresas accedan a recursos de primer nivel, algo indispensable para no quedar rezagados en la revolución digital', señaló una diputada del Frente Amplio.

En contraposición, sectores críticos advierten que la cooperación internacional en tecnología de punta debe ir acompañada de políticas públicas robustas que aseguren beneficios sociales y económicos tangibles para Chile. 'No basta con firmar acuerdos; hay que garantizar que la inversión pública y privada se traduzca en desarrollo inclusivo, no en exclusión tecnológica', afirmó un académico de la Universidad de Chile.

Desde la perspectiva regional, expertos en desarrollo tecnológico de América Latina observan con interés la iniciativa, aunque con cautela. Señalan que si bien la integración con redes europeas puede potenciar capacidades, también pone en evidencia la brecha estructural que países como Chile deben superar para no depender exclusivamente de cooperación externa. 'La clave está en construir autonomía tecnológica a largo plazo, no solo en compartir infraestructura', apuntó un investigador del Centro Latinoamericano de Innovación.

Por otra parte, el impacto ambiental y energético de la supercomputación y la inteligencia artificial también ha entrado en la discusión pública. Estudios recientes indican que la operación de grandes centros de datos consume cantidades significativas de energía, lo que en un país con desafíos hídricos y energéticos como Chile genera inquietudes sobre sostenibilidad. 'La apuesta tecnológica debe ir de la mano con una estrategia clara de energía renovable y eficiencia para evitar externalidades negativas', advirtió un especialista en medioambiente.

Además, el acuerdo llega en un contexto global de inversiones masivas en IA, donde gigantes tecnológicos destinan billones de dólares para infraestructura y desarrollo, pero con incertidumbre sobre la rentabilidad y el impacto social real, como ha sido analizado en recientes investigaciones económicas. 'Estamos ante una fiebre de inversiones especulativas que puede beneficiar a unos pocos y dejar a muchos rezagados si no se gestiona con visión pública', señaló un economista consultado.

En conclusión, el Memorándum entre España y Chile representa un avance estratégico que abre oportunidades para la ciencia y la tecnología chilenas, pero también pone en evidencia tensiones y desafíos: la necesidad de políticas públicas integrales, la urgencia de construir autonomía tecnológica, el cuidado ambiental y la gestión responsable de una inversión que, aunque prometedora, está inmersa en un contexto global complejo y volátil.

Este acuerdo no es un fin en sí mismo, sino un punto de partida para un debate más profundo sobre qué tipo de desarrollo tecnológico quiere Chile y cómo asegurar que sus beneficios alcancen a toda la sociedad, no solo a sectores privilegiados. La historia de la cooperación internacional en tecnología está llena de éxitos y fracasos, y Chile está ahora en el centro de esta nueva encrucijada.

Fuentes: Cooperativa.cl, análisis económico de Morgan Stanley, entrevistas a académicos y expertos en desarrollo tecnológico y medioambiental.