Jeannette Jara y sus lapsus en el debate presidencial: ¿Un tropiezo inofensivo o un indicio de fragilidad comunicacional?

Jeannette Jara y sus lapsus en el debate presidencial: ¿Un tropiezo inofensivo o un indicio de fragilidad comunicacional?
Actualidad
Política
2025-11-13
Fuentes
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- Dos lapsus en un debate clave

- Reacciones que mezclan humor y crítica

- Impacto en la percepción pública y en la campaña presidencial

El pasado 14 de octubre, durante el debate presidencial organizado por la Enade 2025, la candidata oficialista Jeannette Jara protagonizó dos lapsus que rápidamente se viralizaron en redes sociales. En su intervención inicial, Jara corrigió en vivo una frase sobre seguridad pública, cambiando "combate a la seguridad pública" por "combate a la delincuencia", lo que desató risas entre los asistentes y la propia candidata, quien se tomó el error con humor.

Minutos después, en un nuevo desliz, al referirse al combate contra el crimen organizado y el narcotráfico, mencionó accidentalmente "evasin" en lugar de "ovacin", lo que volvió a provocar risas y memes en redes. "¡Yapo, con la cara que me miran me desconcentran!", bromeó Jara tras el segundo lapsus.

Este episodio ha abierto un debate más amplio sobre la imagen y la capacidad comunicacional de la candidata. Desde un sector político, especialmente en la oposición, se interpreta como un signo de fragilidad y falta de preparación para un cargo que exige precisión y firmeza. En contraste, simpatizantes y analistas más cercanos al oficialismo argumentan que estos momentos humanizan a la candidata y la acercan a un electorado cansado de discursos rígidos y ensayados.

En regiones, la recepción fue diversa. Mientras en la zona centro-sur algunos medios locales resaltaron el humor y la espontaneidad de Jara, en sectores más conservadores del norte se enfatizó la necesidad de mensajes claros y sin errores en la esfera pública.

Desde la sociedad civil, voces jóvenes y activistas digitales aprovecharon el momento para cuestionar la sobredimensión de los errores comunicacionales en la política, señalando que la profundidad de las propuestas debería primar sobre lapsus menores.

La campaña de Jara, según fuentes internas, ha reforzado la preparación comunicacional de la candidata, consciente del impacto que estos episodios pueden tener en la percepción ciudadana a semanas de la elección presidencial.

Este evento, lejos de ser un simple momento anecdótico, pone en escena la tensión entre la autenticidad y la exigencia de perfección en la política contemporánea. La pregunta que queda en el aire es si estos lapsus serán recordados como un tropezón pasajero o como una señal de alerta para una candidatura que busca consolidarse en un escenario político cada vez más polarizado.

En definitiva, el episodio de Jeannette Jara invita a reflexionar sobre cómo se construye y destruye la imagen pública en la era digital, y cómo la comunicación política debe equilibrar la naturalidad con la responsabilidad, especialmente cuando está en juego el futuro del país.