En una jornada que sorprendió a la opinión pública y al mundo político, Evelyn Matthei y José Antonio Kast, dos de los principales rostros de la derecha chilena, protagonizaron un gesto de reconciliación pública en el Encuentro Nacional de Empresas (Enade) el pasado 14 de octubre.Enade 2025 congregó a los candidatos presidenciales en un foro donde, por primera vez en meses, la tensión dio paso a un diálogo que parecía imposible.
La escena se produjo cuando Matthei, en un gesto inesperado, reconoció públicamente a Kast que "Yo sufrí por los ataques de bots de republicanos, pero te escuché en la radio, escuché tus explicaciones, te acepto las disculpas, te perdono y doy vuelta la página". Este momento, cargado de simbolismo, puso fin a un episodio que había marcado con crispación al sector desde julio, cuando una investigación periodística reveló la existencia de campañas de desinformación con cuentas falsas y bots dirigidas contra la exalcaldesa.Aunque nunca se presentó una querella formal, la acusación había fracturado la relación entre ambos y generado un ambiente hostil.
Kast respondió reconociendo las heridas mutuas y evocando sus propias experiencias de agresión, tanto física como virtual, en un discurso que apeló a la idea de que ambos son "soldados de muchas guerras". Sin embargo, no eludió la controversia política que los separa, particularmente en torno al Acuerdo por la Paz firmado en noviembre de 2023, un punto de quiebre en la agenda política del país.
El Acuerdo por la Paz, firmado por diversos sectores políticos, buscaba poner fin a la violencia desatada tras el estallido social, pero su eficacia ha sido objeto de debate intenso. Mientras Matthei preguntó directamente a Kast por su negativa a firmar el pacto, el republicano justificó su postura con un análisis crítico: "¿Tú crees que ese Acuerdo de Paz te va a traer paz? Mira lo que pasó después", refiriéndose a los episodios de violencia y desorden posteriores a la firma.
Desde distintos sectores se han interpretado estos hechos con matices dispares. Para algunos analistas políticos, la reconciliación representa un intento estratégico de la derecha para mostrar unidad ante un escenario electoral fragmentado y un electorado fatigado por la polarización. Otros, especialmente desde la centroizquierda y movimientos sociales, ven en esta alianza una señal preocupante de un bloque conservador que busca consolidar su influencia sin resolver las tensiones profundas que aún atraviesan el país.
En regiones, la recepción fue igualmente diversa. En el norte, donde la violencia social ha dejado huellas profundas, la crítica al Acuerdo por la Paz resonó con fuerza, mientras que en el centro y sur del país, la apuesta por la estabilidad y el diálogo ha encontrado mayor eco.
Este episodio también ha reabierto el debate sobre el uso de las redes sociales y las campañas de desinformación en la política chilena. La acusación inicial de Matthei contra grupos vinculados a Kast sobre el uso de bots para desprestigiarla puso en evidencia la fragilidad del discurso público y la dificultad para establecer responsabilidades claras en un entorno digital saturado.Como señaló un experto en comunicación digital consultado por La Tercera, "la política chilena enfrenta un desafío mayúsculo para regular y transparentar el uso de herramientas digitales en procesos electorales".
Finalmente, esta reconciliación pone en escena una verdad incómoda: la política chilena sigue siendo un campo de batalla donde las heridas no cicatrizan fácilmente, pero donde también se buscan treguas tácticas para avanzar. La pregunta que queda es si este gesto será el preludio de un diálogo más profundo y duradero o simplemente un acto pasajero en la arena electoral.
Lo cierto es que, tras meses de confrontación, Matthei y Kast han dado una señal clara de que la política chilena está en movimiento, con actores dispuestos a negociar y a confrontar sus diferencias en público. Un espectáculo que, más allá de la catarsis, invita a la ciudadanía a mirar con atención y escepticismo las estrategias que moldean el futuro del país.