Crisis de salud en Chile: el desafío pendiente que los candidatos presidenciales evaden

Crisis de salud en Chile: el desafío pendiente que los candidatos presidenciales evaden
Actualidad
Política
2025-11-13
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Sistema fragmentado, estancamiento burocrático y ausencia de propuestas claras marcan la escena electoral en salud pública.

En un país que envejece y enfrenta crecientes demandas sanitarias, la salud pública chilena sigue siendo un terreno minado de contradicciones y promesas incumplidas. El 12 de noviembre de 2025, un llamado urgente firmado por el decano de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales de la Universidad de Las Américas expuso la profunda crisis que atraviesa el sistema sanitario nacional. Este documento no sólo denunció la falta de avances en la eliminación de preexistencias y discriminaciones en las isapres, sino que también puso en evidencia la ausencia de una agenda robusta y valiente por parte de los principales candidatos presidenciales para enfrentar los cambios estructurales que el país necesita.

La burocracia que paraliza el cambio

El Estatuto Administrativo vigente desde 1989 emerge como un actor invisible pero decisivo en esta tragedia: un marco rígido que prioriza el cumplimiento formal por sobre la innovación, la calidad y la eficiencia. Desde la óptica de quienes trabajan en el sistema público, esta estructura perpetúa jerarquías y procesos obsoletos, generando un ambiente poco propicio para la adaptación y la mejora continua.

Dos mundos que convergen en el mismo fracaso

En el sector privado, la situación no es mejor. El espiral inflacionario de prestaciones innecesarias y de bajo valor sanitario alimenta un modelo donde la enfermedad parece ser más rentable que la salud. Los incentivos perversos que promueven la demanda ligada a patologías en lugar de la prevención configuran una paradoja cruel: más gasto y más enfermos. Desde esta perspectiva, tanto público como privado parecen atrapados en un círculo vicioso que nadie se atreve a romper.

Voces en pugna: ¿qué proponen los candidatos?

“Chile ya no resiste más de lo mismo. Es hora de asumir los cambios difíciles, aquellos que exigen visión de largo plazo, generosidad y valentía política”, advierte el texto que interpela directamente a quienes aspiran a gobernar.

Sin embargo, al analizar las declaraciones y plataformas de los candidatos presidenciales, se observa un patrón preocupante: la mayoría evita comprometerse con reformas profundas y se refugia en discursos generales sobre la necesidad de mejorar el sistema, sin detallar cómo enfrentar la burocracia ni los incentivos perversos del sector privado.

Desde la izquierda, se propone fortalecer el rol del Estado y ampliar la cobertura pública, pero con escasa claridad sobre mecanismos para superar la rigidez administrativa. En la derecha, el énfasis está en la eficiencia y la innovación, aunque sin ofrecer un plan concreto para controlar los costos inflacionarios y mejorar la prevención.

Impacto regional y social: la salud como espejo de las desigualdades

En regiones más apartadas, la crisis sanitaria se siente con mayor crudeza. La falta de infraestructura adecuada y profesionales capacitados agrava las brechas de acceso y calidad. Comunidades indígenas y sectores vulnerables denuncian que el sistema sigue sin considerar sus particularidades culturales y sociales, lo que alimenta la desconfianza y el abandono.

Organizaciones sociales y expertos en salud pública coinciden en que cualquier propuesta electoral que no incorpore una mirada intersectorial y que no priorice la prevención y promoción de la salud está condenada al fracaso.

Constataciones y consecuencias

El diagnóstico es claro y las señales de alarma están encendidas: Chile enfrenta una crisis sanitaria que no puede resolverse con parches ni discursos superficiales. La evidencia apunta a que el sistema público y privado están atrapados en dinámicas que generan más gasto sin mejorar la salud de la población.

La ausencia de una agenda clara y valiente en el debate presidencial no es sólo un déficit político; es un riesgo para la estabilidad social y el bienestar de millones.

El desafío que queda es ineludible: construir un sistema de salud que integre lo mejor de ambos sectores, que ponga la prevención y la equidad en el centro, y que se adapte a las necesidades reales de la población chilena.

Mientras tanto, los ciudadanos observan, con creciente inquietud, cómo la salud se transforma en un campo de batalla donde los protagonistas esquivan el enfrentamiento decisivo, dejando en juego el futuro mismo del cuidado en Chile.