
El escenario estaba dispuesto para un enfrentamiento que trascendiera los discursos habituales. El último debate presidencial del 11 de noviembre de 2025, a dos días de la elección, no solo expuso las propuestas de los tres principales candidatos —Jeannette Jara (Unidad por Chile), Evelyn Matthei (Chile Vamos) y José Antonio Kast (Republicanos)— sino que dejó al descubierto las tensiones, dudas y estrategias que marcarán el cierre de esta campaña.
Jeannette Jara eligió un camino de distanciamiento respecto a las posturas más tradicionales de la izquierda. Su discurso, enfocado en mejorar las condiciones laborales y mantener los derechos sociales sin cambios tributarios, buscó tender puentes con el sector empresarial y la clase media. Desde su comando, se destacó su historial de diálogo y acuerdos, especialmente en temas de salario mínimo y reforma previsional, intentando así contrarrestar la imagen de una izquierda radical.
“Creemos que para elevar la capacidad de crecimiento de nuestra economía es fundamental una colaboración público-privada que permita agilizar proyectos e inversiones”, afirmó Nicolás Bohme, integrante del equipo económico de Jara, reflejando la intención de un mensaje conciliador.
Sin embargo, sectores más críticos dentro de la izquierda cuestionan que esta estrategia pueda diluir las demandas sociales que movilizan a importantes sectores sociales, generando un debate interno sobre el equilibrio entre pragmatismo y transformación.
La candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei, se presentó como la opción moderada y capaz de generar acuerdos para un crecimiento sostenido. Su énfasis en la seguridad y el crecimiento económico al 4% busca apelar a votantes que temen la polarización. Su equipo destacó un “equipo probado” para retomar la senda del desarrollo.
No obstante, la campaña de Matthei no ha estado exenta de cuestionamientos internos y externos. Algunos sectores conservadores dudan de su capacidad para mantener firmeza en temas de seguridad y control migratorio, mientras que voces más liberales critican su enfoque como insuficientemente progresista, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre sobre su real liderazgo.
José Antonio Kast, representante de los Republicanos, se mantuvo fiel a su estilo confrontacional y directo. Su mensaje de emergencia nacional, con medidas urgentes para seguridad y recorte del gasto público, busca capitalizar el descontento con las administraciones anteriores. Kast marcó distancia con el gobierno actual y enfatizó un plan especial para cada problema, pero quedó en evidencia la dificultad de explicar cómo concretará el recorte de US$ 6 mil millones prometido.
Su estilo ha polarizado tanto a la opinión pública como a actores políticos, siendo visto por algunos como un líder fuerte y necesario, y por otros como un factor de división que profundiza la fragmentación social.
El empresariado, representado en espacios como Enade 2025, ha recibido con cautela los mensajes de los candidatos. Mientras Jara apuesta por diálogo y colaboración, Matthei ofrece estabilidad y Kast plantea reformas contundentes pero con interrogantes sobre su viabilidad.
En tanto, movimientos sociales y sectores ciudadanos observan con desconfianza la campaña, preocupados por la falta de propuestas claras en temas sociales y ambientales, y por la persistente polarización que dificulta consensos.
El debate presidencial dejó en evidencia un Chile dividido, con tres candidaturas que representan no solo visiones distintas del país, sino también estilos y estrategias que apelan a públicos fragmentados. La campaña ha sido un reflejo de la tensión entre la urgencia de cambios profundos y el temor a la inestabilidad.
Las consecuencias de esta elección serán determinantes para el rumbo político, económico y social del país en los próximos años. La capacidad de los futuros gobernantes para dialogar y construir acuerdos será puesta a prueba desde el primer día.
En definitiva, el último debate no solo fue un espectáculo de confrontación, sino una ventana hacia las complejidades y desafíos que enfrenta Chile en su búsqueda por un futuro más estable y justo.