
El cierre de campaña de José Antonio Kast el 11 de noviembre en el Movistar Arena no solo marcó el inicio formal del tramo final hacia las elecciones de diciembre, sino que se convirtió en un escenario donde la polarización política y las tensiones sociales se hicieron explícitas y palpables.
Tres alcaldes de la coalición Chile Vamos —Gustavo Alessandri (RN, Zapallar), José Manuel Palacios (UDI, La Reina) y Rodrigo Contreras (UDI, Paine)— asistieron al evento, argumentando que lo hicieron en representación de organizaciones municipales como la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM). Esta presencia, sin embargo, desató una polémica que expone la fragilidad de la transversalidad en el mundo municipal. Karina Delfino, alcaldesa de Quinta Normal (PS) y primera vicepresidenta de la AChM, cuestionó que solo algunos alcaldes participaran en actos de la derecha, advirtiendo que 'se rompe esa transversalidad que caracteriza al mundo municipalista'.
Este episodio refleja una tensión latente entre la representación política local y la instrumentalización partidista en un contexto de alta polarización electoral.
En paralelo, el discurso de Kast se convirtió en un foco de controversia. Durante su alocución, el candidato republicano usó el eslogan de campaña de su principal rival, Jeannette Jara (PC), para asociarla con una serie de problemas del país: desempleo femenino, inmigración irregular, alzas en servicios básicos, listas de espera en salud y violencia.
'El desempleo femenino es Jara, la presencia de 300 mil inmigrantes ilegales es Jara, el alza de las cuentas de luz es Jara, los 40 mil compatriotas que mueren en listas de espera es Jara, los cinco mil asesinados que nos va a heredar este gobierno, su legado de violencia, es Jara', afirmó Kast, en una estrategia que busca responsabilizar directamente a la coalición oficialista y al Partido Comunista.
La respuesta de Jara no se hizo esperar. A través de la misma red social, lamentó 'que utilices este lenguaje lleno de ofensas y descalificaciones. Tenemos diferencias, pero todos merecemos respeto.' El intercambio pone en evidencia no solo las diferencias programáticas, sino también la creciente crispación en el tono político, que podría profundizar la división social en las semanas previas a la elección.
Por su parte, el diputado Cristián Araya (Partido Republicano) calificó el cierre de Kast como 'un evento muy potente' que va a pasar a la historia. Destacó la capacidad de convocatoria y la fuerza política del candidato, y defendió la propuesta de un gobierno de emergencia basada en experiencias internacionales, como la reducción de la violencia en El Salvador y políticas de control fronterizo en Hungría e Italia.
Sin embargo, esta visión es contrapuesta por analistas y sectores progresistas que advierten que el discurso de mano dura y la retórica confrontacional podrían exacerbar la conflictividad social y no resolver las causas estructurales de la inseguridad y la desigualdad.
En el plano político, la posición de Chile Vamos y el Partido Republicano parece clara: aunque Kast no pase a segunda vuelta, el bloque de derecha se compromete a apoyar a su candidato para derrotar a la izquierda, dejando entrever una estrategia de unidad que podría tensionar aún más el escenario electoral.
Estas semanas de campaña que culminan en diciembre se presentan como un verdadero coliseo político, donde cada actor lanza sus argumentos, reproches y alianzas en un espectáculo que tensiona no solo a los partidos, sino también a la ciudadanía.
Las verdades que emergen con claridad son dos: primero, que la transversalidad municipal está en entredicho, evidenciando la creciente politización de espacios tradicionalmente más plurales; y segundo, que el discurso político se ha endurecido, con un lenguaje que no solo confronta ideas, sino que también puede profundizar las heridas sociales.
El desafío para Chile, en este contexto, será cómo canalizar estas tensiones hacia un debate democrático que no solo gane en intensidad, sino que también recupere el respeto y la búsqueda de soluciones compartidas. La polarización y el espectáculo político pueden atraer la atención, pero la gobernabilidad futura dependerá de la capacidad de los actores para superar la división y construir puentes que permitan avanzar en los problemas estructurales que afectan al país.
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Fuentes: Cooperativa.cl, La Tercera, Radio Agricultura.
2025-11-11