
Un verano adelantado en pleno invierno. Asà se puede resumir el fenómeno climático que ha vivido la zona central de Chile durante los últimos meses, con Santiago y sus alrededores experimentando temperaturas extremas que desafÃan los registros históricos y las expectativas estacionales. El pasado jueves 13 de noviembre, la capital superó los 30°C, con sectores como Colina y Buin alcanzando hasta 32°C, según informó el meteorólogo Alejandro Sepúlveda Jara. Este calor intenso se suma a una serie de eventos que han marcado un invierno atÃpico, donde apenas tres meses antes se registraron temperaturas bajo cero y heladas severas en la misma región, incluyendo mÃnimas de hasta -10°C en sectores precordilleranos y un récord de calor invernal de 28.1°C el 26 de agosto, también en Santiago.
El choque climático y sus causas. Este contraste es resultado de la interacción de varios factores meteorológicos complejos. La presencia de una dorsal cálida persistente en altura ha generado estabilidad atmosférica y bloqueos que impiden la formación de nubosidad y lluvia, favoreciendo dÃas soleados y temperaturas elevadas. A la vez, sistemas frontales y masas de aire frÃo han ingresado intermitentemente, provocando oscilaciones térmicas abruptas. Según expertos, este patrón refleja la influencia creciente del cambio climático, que amplifica la variabilidad y la intensidad de los fenómenos meteorológicos.
Perspectivas polÃticas y sociales divergentes. Mientras que autoridades meteorológicas destacan la necesidad de adaptarse a estos nuevos desafÃos climáticos, diversos actores sociales y polÃticos expresan sus preocupaciones. Algunos sectores enfatizan la urgencia de polÃticas públicas que integren la gestión del riesgo climático, la salud pública y la planificación urbana. Por ejemplo, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) ha declarado prohibiciones para quemas agrÃcolas en siete regiones, incluyendo la Metropolitana, para prevenir incendios ante la ola de calor.
Por otro lado, ciudadanos y organizaciones sociales advierten sobre las dificultades que enfrentan las comunidades más vulnerables, especialmente adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, ante el estrés térmico y la falta de infraestructura adecuada. La ausencia de árboles y zonas verdes en áreas urbanas, como se ha documentado en localidades extremas del hemisferio norte, también se replica en Chile, aumentando la sensación térmica y el riesgo sanitario.
Impactos visibles y lecciones aprendidas. Este fenómeno ha puesto en evidencia la fragilidad de las ciudades ante extremos climáticos. En Santiago, las temperaturas extremas han generado desde problemas de salud hasta complicaciones en la movilidad y el suministro energético. La tensión entre la necesidad de infraestructura moderna y la preservación de espacios verdes se ha convertido en un debate público, con voces que reclaman mayor inversión en arbolado urbano y planificación inclusiva.
Asimismo, el sistema de emergencias ha debido adaptarse para atender a la población vulnerable, en un contexto donde las olas de frÃo y calor se suceden con menor predictibilidad. La experiencia reciente muestra que la gestión del riesgo climático no puede ser reactiva ni fragmentada.
Conclusiones y desafÃos futuros. La serie de eventos extremos en la zona central de Chile durante 2025 confirma que el clima local está en un proceso de transformación acelerada. La coexistencia de olas de frÃo severas con récords de calor en pocos meses plantea un escenario complejo para la planificación urbana, la salud pública y la protección ambiental.
Es evidente que la adaptación y mitigación del cambio climático deben ser prioridades transversales, incorporando la perspectiva de equidad social y regional. La discusión pública debe avanzar hacia soluciones integrales que consideren desde la infraestructura verde hasta la educación ciudadana y la innovación tecnológica.
Finalmente, la experiencia chilena ofrece una oportunidad para repensar la relación entre las ciudades y su entorno natural, y para construir resiliencia frente a un futuro climático incierto, donde la normalidad será cada vez más imprevisible.
Fuentes: Direcciones Meteorológicas de Chile y regionales; informes de Conaf y Senapred; análisis de expertos en cambio climático y salud pública; reportajes de medios nacionales y extranjeros sobre fenómenos climáticos extremos y urbanismo.