Paz entre Hamás e Israel: el frágil equilibrio que define el futuro de Gaza

Paz entre Hamás e Israel: el frágil equilibrio que define el futuro de Gaza
Internacional
América Latina
2025-11-13
Fuentes
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- Cese al fuego indefinido firmado tras años de guerra y miles de muertos.

- Cuatro puntos críticos que aún amenazan la estabilidad del acuerdo.

- Tensiones internas y externas que muestran un panorama complejo y sin garantías.

El 7 de octubre de 2023 marcó un antes y un después en el conflicto entre Hamás e Israel. Tras años de violencia que dejaron más de 68.000 muertos y una devastadora crisis humanitaria en Gaza, el 9 de octubre de 2025 se firmó en Egipto un acuerdo que estableció un cese al fuego indefinido y la liberación de rehenes, un paso que parecía abrir la puerta a una paz duradera. Dos meses después, la realidad muestra que este acuerdo es un frágil equilibrio sostenido por intereses encontrados, tensiones internas y un tablero geopolítico complejo.

El acuerdo y sus cuatro pilares críticos

El pacto, mediado por Qatar, Turquía, Estados Unidos y con la inusual participación directa del expresidente Donald Trump, se sostiene sobre cuatro puntos esenciales: la liberación de rehenes israelíes, la retirada parcial del ejército israelí de Gaza, el desarme de Hamás y la gobernanza futura de la Franja. Cada uno de estos temas ha desencadenado debates y resistencias que no solo reflejan la complejidad del conflicto, sino también las profundas divisiones internas de ambos bandos.

"Esta es una victoria diplomática, nacional y moral para Israel", declaró Netanyahu tras la firma, aunque sin comprometerse a que el acuerdo ponga fin definitivo a la guerra. En contraste, Hamás condiciona la liberación total de rehenes a garantías firmes de que no habrá reanudación de los combates, manteniendo su influencia política y militar.

Desconfianza y desarme: un juego de poder en pausa

La confianza entre Israel y Hamás es prácticamente nula. El intento de asesinato del equipo negociador de Hamás en Doha meses antes y la ruptura de altos al fuego anteriores consolidan una atmósfera de suspicacia. El desarme de Hamás, punto clave para Israel, sigue siendo un asunto espinoso. Hamás ha reiterado que solo entregará sus armas con la creación de un Estado palestino soberano, una demanda que Israel rechaza rotundamente.

"Hamás será desarmado y Gaza desmilitarizada, ya sea por las buenas o por las malas", advirtió Netanyahu, una amenaza que mantiene viva la sombra de un posible retorno a la violencia.

La retirada israelí: un proceso ambiguo y parcial

El acuerdo establece una retirada escalonada del ejército israelí de Gaza, dejando inicialmente el control sobre más de la mitad del territorio en manos israelíes. La falta de plazos claros y la permanencia de un "perímetro de seguridad" prolongan la incertidumbre sobre el fin de la ocupación militar. Esta situación alimenta las tensiones no solo entre las partes, sino también dentro del gabinete israelí, donde sectores ultranacionalistas presionan por mantener el control y reconstruir asentamientos.

Gobernanza en Gaza: rivalidades que amenazan la estabilidad

Quizás el aspecto más delicado es quién gobernará Gaza en el futuro. El plan propone un organismo transitorio de tecnócratas palestinos, supervisado por una "Junta de Paz" liderada por Trump y con la participación de Tony Blair, con la eventual transferencia a la Autoridad Palestina (AP). Sin embargo, Netanyahu ha mostrado resistencia a la participación de la AP, y Hamás reclama un rol en la administración, buscando un "movimiento palestino unificado".

Esta disputa refleja las profundas divisiones palestinas y la oposición israelí a la creación de un Estado palestino, dejando a miles en Gaza y Cisjordania en un limbo político y social.

Voces desde la región y el mundo

La comunidad internacional respira con alivio, pero también observa con cautela. Países árabes y musulmanes apoyaron el acuerdo, presionando a Hamás para que liberara a los rehenes y aceptara el cese al fuego. Estados Unidos, a través de Trump, jugó un papel inusual y decisivo, ejerciendo presión directa sobre ambas partes.

En Chile y América Latina, el acuerdo ha sido recibido con esperanza, pero también con escepticismo. Analistas señalan que la paz no puede sustentarse solo en la diplomacia de alto nivel sin abordar las raíces del conflicto y las desigualdades estructurales que alimentan la violencia.

Conclusiones: un acuerdo que no garantiza la paz

Este cese al fuego es un primer paso, no un punto final. La fragilidad del acuerdo radica en la falta de confianza mutua, las tensiones internas en Israel y Palestina, y la ausencia de soluciones claras sobre la gobernanza y el desarme.

La historia reciente muestra que cualquier ruptura puede desencadenar una nueva escalada. Sin embargo, la presión internacional y el desgaste de ambas partes podrían mantener este delicado equilibrio, siempre y cuando se avance en negociaciones más profundas y se involucren las comunidades afectadas.

Para quienes observan desde la distancia, el desafío es entender que la paz no es un acto único, sino un proceso complejo, lleno de contradicciones, donde la tragedia humana sigue siendo la protagonista silenciosa.

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Fuentes: BBC News Mundo, declaraciones oficiales de Israel y Hamás, análisis de expertos internacionales y reportes de agencias diplomáticas.