
El 9 de octubre de 2025, la Academia Sueca otorgó el Premio Nobel de Literatura a László Krasznahorkai, un escritor húngaro de 71 años cuya obra se caracteriza por una mirada apocalíptica, pesimista y profundamente compleja. Lejos de ser un autor popular, Krasznahorkai ha construido una narrativa que desafía al lector con frases extensas y un estilo que se aleja del realismo convencional para sumergirse en la desesperanza, el fracaso y la decadencia humana.
Desde su ciudad natal, Gyula, en la frontera con Rumanía, Krasznahorkai emergió en la escena literaria en los años 80 con títulos como Tango satánico (1985) y Melancolía de la resistencia (1989), obras que han sido llevadas al cine por el director Béla Tarr y que revelan la atmósfera opresiva del bloque soviético y las tensiones de una sociedad atrapada en el tiempo.Su obra ha sido traducida principalmente por la editorial española Acantilado, y cuenta con un público selecto pero fiel.
“No quería ser escritor, porque no quería ser nada en concreto. Al principio, rompí con el mundo burgués y viví con los estratos más bajos de la sociedad. Eso dejó una huella profunda en mí”, confesó Krasznahorkai en una entrevista de 2024. Esta experiencia temprana marcó su visión desencantada del mundo, donde la pobreza se transforma en miseria y la esperanza se desvanece.
La Academia Sueca justificó el premio “por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”. Esta definición refleja la tensión permanente en la obra de Krasznahorkai, que combina imágenes aterradoras con una búsqueda estética y filosófica, donde el arte se convierte en el último refugio frente al caos.
Desde el punto de vista literario, su estilo es reconocido por frases largas, a menudo sin puntuación, que buscan capturar el flujo incesante de pensamientos y emociones. “No son una cuestión de estilo, sino una herramienta necesaria para describir la complejidad del mundo”, explicó el autor. Esta prosa densa exige del lector una atención sostenida y una inmersión profunda en sus universos narrativos.
Las obras esenciales para entenderlo incluyen Tango satánico, donde un pueblo húngaro se descompone en la desolación y la traición bajo una lluvia constante; Melancolía de la resistencia, una alegoría política sobre el miedo al caos y el totalitarismo; y Guerra y guerra, que explora la memoria, el suicidio y la fragilidad humana en un relato que transita entre Hungría y Nueva York.
En Chile, su obra ha sido traducida y estudiada principalmente en círculos académicos y literarios, aunque su complejidad limita su difusión masiva. La académica Mónica Barrientos, PhD en Hispanic Languages & Literature, señala que Krasznahorkai aborda temas como la despoblación, la memoria reciente y la crisis de los estados periféricos, resonancias que pueden encontrar eco en contextos latinoamericanos.
Sin embargo, la recepción no es unánime. Mientras algunos celebran su capacidad para conjurar un arte que desafía el tiempo y la desesperanza, otros critican la inaccesibilidad de su lenguaje y la oscuridad de sus temas, que pueden resultar agotadores o alienantes para lectores menos especializados.
“Soy el escritor del fracaso. Es lo que hay”, ha dicho Krasznahorkai, asumiendo con ironía y honestidad su posición dentro de la literatura contemporánea.
Este Nobel, lejos de premiar la popularidad o la inmediatez, invita a la reflexión profunda sobre el rol del arte en tiempos convulsos y sobre la capacidad de la literatura para enfrentar la catástrofe sin caer en la simplificación o el optimismo fácil.
En definitiva, la elección de Krasznahorkai pone en el centro del debate literario global una obra que desafía la comodidad del lector, que exige paciencia y apertura, y que ofrece una mirada crítica y compleja sobre la condición humana y sus sombras.
Así, el Nobel 2025 no solo reconoce a un autor, sino que reafirma la vigencia de una literatura que se atreve a mirar el apocalipsis de frente, sin renunciar a la belleza ni al poder transformador del arte.
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Fuentes: El País, BBC News Mundo, Cooperativa.cl, La Tercera, WIRED, entrevistas a László Krasznahorkai (2024), análisis de Mónica Barrientos (U. Autónoma de Chile), y reseñas internacionales.