
En un episodio que ha marcado no solo el calendario político sino también el ánimo de quienes siguen la contienda presidencial, María Soledad Sécul Taboada, madre del candidato independiente Harold Mayne-Nicholls, falleció el 8 de octubre de 2025, apenas un día después de cumplir 87 años. La noticia, anunciada públicamente por el propio Mayne-Nicholls, llevó al suspenso temporal de sus actividades de campaña, una pausa que ha abierto un espacio para reflexionar sobre la dimensión humana detrás del político.
"Hoy partió mi querida madre, María Soledad Sécul Taboada —Lula para todos—, un día después de celebrar sus 87 años. La recordaremos por su espíritu de servicio, su generosidad, su justicia, su amor por la familia y sus postres inigualables. Descansa en paz, mamá", escribió Mayne-Nicholls en su cuenta de X, dando cuenta de un dolor que trasciende cualquier debate electoral.
Este paréntesis ha provocado diversas reacciones en el espectro político nacional. Desde sectores cercanos al candidato, se ha expresado un apoyo emotivo y una invitación a respetar el momento personal. En contraste, voces críticas han señalado cómo esta pausa podría afectar la dinámica electoral, en un escenario donde cada movimiento cuenta.
Desde la izquierda, se ha valorado el gesto de humanidad y se ha llamado a la empatía, entendiendo que la política no puede ni debe deshumanizar a sus protagonistas. En tanto, desde la derecha y algunos analistas independientes, se ha interpretado la suspensión como un momento estratégico para reorganizar la campaña, aunque sin desconocer la genuina pérdida personal.
En regiones donde Mayne-Nicholls mantiene un respaldo significativo, la noticia ha sido recibida con pesar, reflejando el vínculo cercano que el exdirigente deportivo ha cultivado con sus bases. Sin embargo, en sectores urbanos y jóvenes, la pausa ha generado incertidumbre respecto a la continuidad del proyecto político que representa.
El velatorio y funerales se realizaron en el Parque del Recuerdo, un espacio que se llenó de muestras de respeto y cariño, no solo de familiares y amigos, sino también de figuras públicas y ciudadanos comunes. La figura de María Soledad, conocida cariñosamente como "Lula", quedó así inscrita en la memoria colectiva como un símbolo de entrega y amor familiar.
Este episodio pone en evidencia que detrás de cada figura pública hay historias personales que moldean sus decisiones y que, en ocasiones, obligan a detener la maquinaria política para atender lo esencial: el duelo y la familia.
La suspensión temporal de la campaña de Mayne-Nicholls ha abierto un debate sobre la vulnerabilidad en la política chilena y la necesidad de humanizar a sus actores. Asimismo, invita a reflexionar sobre cómo las campañas electorales, a menudo implacables, pueden encontrar momentos de pausa para reconocer la complejidad humana que reside en cada candidato.
Finalmente, la pérdida de María Soledad Sécul Taboada no solo marca un hito en la vida de Harold Mayne-Nicholls, sino que también deja una huella en el escenario político nacional, recordándonos que la tragedia personal puede resonar con fuerza incluso en las arenas más públicas y disputadas.
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Fuentes: Diario Financiero, declaraciones públicas de Harold Mayne-Nicholls en X, testimonios de cercanos y análisis políticos posteriores al evento.