
Un crecimiento que no es lo que parece
A septiembre de 2025, SalfaCorp reportó un aumento del 16,5% en sus utilidades, alcanzando $39.139 millones, pese a una ligera caída de 0,9% en sus ingresos. Este resultado ha sido celebrado por algunos como un signo de resiliencia en un contexto económico desafiante, pero también ha abierto interrogantes sobre la naturaleza y sostenibilidad de este crecimiento.
El motor principal de esta alza estuvo en el segmento de Ingeniería y Construcción (ICSA), que experimentó un mayor dinamismo, especialmente en proyectos mineros de gran envergadura como Centinela. En contraste, el negocio de Montajes cayó un 12,7%, y la operación en Perú se contrajo un 20,1%, evidenciando una realidad fragmentada dentro de la misma empresa.
"El impulso en Ingeniería y Construcción refleja una recuperación puntual en sectores específicos, pero no asegura una tendencia generalizada", advierte el economista independiente Rodrigo Fuentes, poniendo en perspectiva la aparente buena noticia.
Perspectivas encontradas: entre optimismo y cautela
Desde el mundo empresarial, la lectura es positiva. SalfaCorp destaca el crecimiento en Proyectos y Servicios a la Minería (18,5%) y en Construcción (18%), y señala que su unidad inmobiliaria (IACO) ha mostrado un mayor nivel de escrituración y avances en proyectos DS49.
Sin embargo, esta última área no está exenta de controversias. Luis Alberto Letelier, presidente de la Asociación de Consumidores y Afectados por la Inmobiliaria (Acafi), alerta que "las regulaciones recientes han impactado la rentabilidad y, por ende, la experiencia de los clientes, quienes enfrentan retrasos y falta de información". Esta tensión entre crecimiento financiero y percepción ciudadana abre un debate sobre la responsabilidad social y la transparencia en el sector inmobiliario.
Impacto regional y socioeconómico
El auge en proyectos mineros ha tenido un efecto directo en regiones como Antofagasta y Atacama, donde la actividad constructora se ha intensificado. Esto ha generado empleo y dinamismo local, pero también ha reavivado preocupaciones sobre el impacto ambiental y la distribución de beneficios.
Desde organizaciones ambientales, se señala que "el crecimiento económico vinculado a la minería debe ir acompañado de medidas claras para mitigar efectos negativos en comunidades y ecosistemas".
Por otro lado, la caída en el negocio peruano refleja la volatilidad de mercados externos y la necesidad de diversificar riesgos, un tema recurrente en la estrategia corporativa de empresas chilenas con presencia internacional.
Verdades constatadas y desafíos futuros
Este resultado financiero de SalfaCorp confirma que, en el corto plazo, ciertos sectores pueden mostrar signos de recuperación y fortaleza. Sin embargo, la lectura con distancia temporal revela una historia más compleja: la coexistencia de áreas en expansión con otras en contracción, y la persistencia de tensiones sociales y regulatorias.
La empresa enfrenta ahora el desafío de consolidar un crecimiento sostenible, que no solo se refleje en números, sino que también responda a las expectativas de sus clientes y comunidades. La tensión entre rentabilidad y responsabilidad social emerge como un eje central para entender el futuro del sector.
En definitiva, el crecimiento del 16,5% en utilidades es un dato que invita a la reflexión más que a la celebración apresurada. La economía chilena, y en particular sus grandes empresas, muestran en este caso una cara dual: la de la resiliencia y la de las grietas que aún deben ser abordadas.