El apagón masivo en Santiago: un desafío eléctrico que desnuda fragilidades y tensiones

El apagón masivo en Santiago: un desafío eléctrico que desnuda fragilidades y tensiones
Actualidad
Sociedad
2025-11-14
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- Más de 550 mil clientes afectados en un corte eléctrico sin precedentes.

- Parálisis parcial del Metro en líneas clave, con caos y aglomeraciones.

- Debate político y social sobre la infraestructura energética y la gestión pública-privada.

El 20 de octubre de 2025, Santiago vivió uno de los mayores apagones de su historia reciente, cuando una falla en la transmisión eléctrica a las 15:42 horas dejó sin suministro a más de 550 mil clientes en la capital y varias comunas aledañas. El impacto fue inmediato y profundo: el Metro de Santiago suspendió el servicio en siete estaciones de la Línea 5 y sufrió retrasos en las líneas 4 y 4A, generando aglomeraciones y malestar ciudadano.

Este episodio no solo evidenció la vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica, sino que también puso en el centro del debate la capacidad de respuesta y prevención de las empresas distribuidoras y el rol del Estado en la supervisión y regulación del sistema energético.

Un sistema al límite: causas y consecuencias

El corte se originó en una falla técnica en las subestaciones eléctricas de Florida, Andes, La Reina, Macul, entre otras, que abastecen la zona sur-poniente y oriente de Santiago. Según el Coordinador Eléctrico, la demanda afectada alcanzó los 600 MW, y aunque se logró recuperar gran parte del suministro, más de 110 mil clientes permanecieron sin electricidad horas después.

Enel, la distribuidora afectada, explicó que la falla ocurrió en un sistema de transmisión externo a su red, lo que desató una cadena de cuestionamientos sobre la coordinación entre actores y la resiliencia del sistema.

Voces encontradas: política, empresas y ciudadanía

Desde el gobierno, la ministra de Energía reconoció la gravedad del incidente, pero defendió las inversiones en infraestructura realizadas en los últimos años, señalando que "este tipo de eventos, aunque excepcionales, nos obliga a seguir mejorando los protocolos y la supervisión". En contraste, sectores de oposición y expertos independientes criticaron la falta de planificación y la dependencia excesiva en sistemas concentrados, proponiendo una transición acelerada hacia energías distribuidas y renovables.

Los usuarios, por su parte, expresaron frustración y preocupación. En redes sociales, las denuncias sobre aglomeraciones en estaciones de Metro y la falta de información oficial fueron la tónica, reflejando una brecha entre la gestión técnica y la experiencia ciudadana.

Lecciones y desafíos a futuro

Este apagón masivo no es un hecho aislado. En octubre, una falla técnica en la Línea 2 del Metro (6 de octubre) ya había alertado sobre la fragilidad del sistema de transporte público ante problemas eléctricos. La concatenación de estos eventos pone en evidencia la necesidad de una revisión profunda del modelo energético y de transporte, así como de una política pública que integre seguridad, innovación tecnológica y participación ciudadana.

En definitiva, el apagón del 20 de octubre expuso las tensiones entre la complejidad técnica, la gestión empresarial y las expectativas sociales. Mientras las autoridades prometen auditorías y mejoras, la ciudadanía observa con escepticismo, consciente de que la próxima crisis podría no esperar tanto tiempo para llegar.

Fuentes consultadas incluyen reportes del Coordinador Eléctrico, declaraciones oficiales del Ministerio de Energía, comunicados de Enel y testimonios recogidos en redes sociales y medios especializados.