
Una batalla más allá de los votos se ha instalado en la campaña presidencial chilena, pero no en las urnas ni en los discursos tradicionales, sino en el terreno de la visibilidad pública y el escrutinio mediático. Desde comienzos de octubre, la candidata oficialista Jeannette Jara ha cuestionado con vehemencia la ausencia del candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, en programas de entrevistas presidenciales clave.
Jara no ha escatimado palabras para definir la situación: 'Uno no puede estar escondido, ese es el punto', afirmó en una entrevista concedida a La Tercera. Para ella, la exposición en espacios con múltiples periodistas representa un examen necesario para quien aspira a la Presidencia, un rito de paso que no admite atajos ni refugios en la campaña regional.
Por su parte, el equipo de Kast ha defendido esta estrategia con argumentos que revelan una visión distinta del contacto con el electorado. La secretaria general del Partido Republicano, Ruth Hurtado, explicó que la ausencia en medios nacionales responde a la prioridad que le han dado a la gira por regiones, buscando un vínculo directo con los territorios. 'Hemos privilegiado estar en medios locales', señaló, intentando desmarcarse de la acusación de esconderse.
Este desencuentro no es un mero rifirrafe personal, sino que representa una tensión profunda en la manera de entender la campaña presidencial en Chile. Por un lado, Jara y sus partidarios defienden la exposición pública como un acto de transparencia y responsabilidad democrática. Por otro, Kast y su equipo apuestan a la conexión territorial como fuente de legitimidad y fuerza política.
Desde una perspectiva política, esta disputa también refleja las diferencias ideológicas y estratégicas entre un oficialismo acostumbrado a la centralidad mediática y una derecha que busca consolidar su base fuera de la capital y los circuitos tradicionales.
En el plano ciudadano, la polémica ha generado opiniones divididas. Algunos sectores valoran la cercanía directa con las regiones, mientras que otros consideran imprescindible el debate mediático como espacio para contrastar ideas y propuestas.
A cinco semanas de las elecciones, la ausencia de Kast en los grandes programas ha sido un tema recurrente, mientras Jara mantiene una presencia constante en medios nacionales. Esta dinámica ha influido en la percepción pública, con encuestas que muestran fluctuaciones en la intención de voto vinculadas a la exposición de los candidatos.
En conclusión, esta disputa pone en evidencia que la campaña presidencial chilena no solo se juega en los contenidos programáticos, sino también en las formas y espacios de comunicación. La tensión entre la visibilidad mediática y la conexión territorial es un espejo de los desafíos que enfrenta la democracia chilena en su proceso de renovación política.
El espectáculo está servido: mientras Jara se somete al fuego cruzado de los periodistas, Kast apuesta por un diálogo más íntimo con el país profundo. Ambos caminos tienen riesgos y beneficios, y el electorado observa atento, como espectador de un duelo que trasciende la política para tocar las fibras mismas del vínculo entre gobernantes y gobernados.
Fuentes: La Tercera (6 de octubre de 2025), declaraciones oficiales del Partido Republicano.
2025-11-11