
En el corazón del distrito 7, que abarca desde Valparaíso hasta la Isla de Pascua, se ha desatado una contienda electoral que va más allá de las urnas. El próximo 16 de noviembre se definirán ocho escaños en la Cámara Baja, pero lo que está en juego es mucho más que números: es la visión sobre cómo enfrentar los problemas estructurales de una región que convive con la pujanza portuaria y la fragilidad social.
Los cuatro protagonistas de este debate —Luis Sánchez (Partido Republicano), Macarena Urenda (UDI), Tomás Lagomarsino (Partido Radical), y Jorge Sharp (Independiente/Frente Regionalista Verde Social)— representan un crisol de ideas y estrategias que reflejan las profundas divisiones políticas y sociales que atraviesan Valparaíso Costa.
Luis Sánchez, con su pasado en la UDI y actual militancia en el Partido Republicano, encarna la derecha dura que reclama un retorno al orden y la disciplina. Su discurso está cargado de críticas al gobierno actual y a figuras como el Presidente Boric y Michelle Bachelet, a quienes acusa de generar un clima de descontrol y falta de respeto institucional. En sus palabras, 'La pandilla que nos gobierna tiene que salir del poder para que podamos recuperar el orden y el camino al desarrollo'. Su énfasis en la seguridad y la recuperación del "Chile perdido" resuena con un sector de la población que percibe inseguridad y deterioro.
Por otro lado, Macarena Urenda ofrece una mirada conservadora pero con un enfoque en la calidad de vida y los servicios públicos. Su diagnóstico apunta a calles inseguras y un sistema educativo que ha dejado de lado la excelencia. Para Urenda, la recuperación pasa por la "decencia" y la "dignidad" en la vida diaria, un llamado a restaurar la confianza en las instituciones y la gestión local. Su crítica al manejo político de la postulación de Bachelet a la ONU refleja una preocupación por el respeto a las reglas democráticas y la competencia justa.
En el centro del espectro, Tomás Lagomarsino, médico cirujano y militante radical, pone el foco en la salud pública y la urgencia de resolver la crisis hospitalaria que afecta a la región. 'La salud de Valparaíso ha sido históricamente postergada por gobiernos de distinto color político, hoy esto no aguanta más!', señala, denunciando una deuda millonaria y la precariedad en la atención. Su propuesta es una mirada integral que combine soluciones inmediatas con una planificación a largo plazo para la infraestructura sanitaria.
Finalmente, Jorge Sharp, ex alcalde de Valparaíso y figura de la izquierda autónoma, apuesta por una agenda más amplia que incluye seguridad con inversión comunitaria, salud con más especialistas, mejores salarios y pensiones, y una representación territorial fuerte en el Congreso. Su discurso, que mezcla demandas sociales con pragmatismo, busca responder a las necesidades de una población envejecida y con altos índices de desempleo —la tasa regional alcanzó 8,6% según el INE—.
Este escenario electoral se desarrolla en un contexto regional complejo. Valparaíso y San Antonio, los dos principales puertos del país, son motores económicos, pero la región enfrenta un envejecimiento poblacional acelerado, con casi un habitante mayor de 65 años por cada niño menor de 14. A esto se suman campamentos y déficit en servicios básicos que tensionan la convivencia y el desarrollo.
Las posturas enfrentadas no solo reflejan diferencias ideológicas, sino también distintas lecturas sobre las prioridades y el ritmo del cambio. Mientras unos apuestan por la mano dura y el control, otros insisten en la ampliación de derechos y mejoras sociales como camino para la estabilidad.
En definitiva, el distrito 7 se ha convertido en un microcosmos del Chile que se debate entre el orden y la justicia social, la tradición y la innovación, la urgencia y la planificación. Las verdades que emergen son claras: sin abordar simultáneamente la seguridad, la salud y el desarrollo económico, cualquier solución será parcial y efímera.
El desenlace electoral del 16 de noviembre no solo definirá representantes, sino también la hoja de ruta para una región que exige respuestas profundas y sostenidas. Como espectadores, queda la invitación a observar más allá de los discursos inmediatos, entendiendo que la política local es el reflejo de tensiones nacionales que requieren diálogo y compromiso auténtico.
Fuentes consultadas: La Tercera, Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Biblioteca del Congreso Nacional, entrevistas a candidatos.