
El 4 de octubre de 2025, en una cadena nacional que se esperaba fuera la última del Presidente Gabriel Boric para explicar el presupuesto del próximo año, ocurrió algo inesperado: Boric usó ese espacio para asumir un rol de líder opositor, lanzando un ataque directo al candidato José Antonio Kast. Esta intervención no solo rompió con el protocolo habitual de las cadenas nacionales, sino que puso en escena un nuevo actor en la arena política chilena, anticipando un cambio profundo en la campaña presidencial y en la estrategia del actual mandatario.
La cadena nacional se ha reservado tradicionalmente para comunicados de Estado en momentos críticos o para proyectos fundamentales para el país. Por eso, la decisión de Boric de convertirla en un espacio para confrontar a un candidato opositor fue recibida con críticas por abuso del monopolio comunicacional que este privilegio implica. Sin embargo, más allá de la polémica institucional, esta jugada revela un cálculo político que merece ser analizado desde múltiples ángulos.
Desde una perspectiva electoral, el ataque presidencial a Kast resultó paradójicamente un regalo envuelto en papel de confrontación. El republicano, que venía en caída constante en las encuestas, encontró en la cadena nacional un altavoz masivo que le permitió reposicionarse y consolidar su imagen como el principal contrincante del oficialismo. Kast aprovechó la oportunidad para responder con dureza, amplificando la polémica y relegando a otros candidatos opositores como Evelyn Matthei, quien había comenzado a acercarse en las preferencias.
“Para un candidato de oposición, enfrentarse directamente a un presidente impopular es la gloria”, señala un analista político consultado por este medio. Esta dinámica, observada en campañas anteriores, confirma que el rol de líder opositor puede otorgar un aura presidencial que despega a un candidato del pelotón electoral.
Dentro del oficialismo, la jugada de Boric ha sido interpretada como una estrategia deliberada, no un error. Sus cercanos reconocen que “Boric sabe que levantar a Kast es, en el fondo, levantar su propio liderazgo como referente de la izquierda”. Al asumir un papel de antagonista directo, el Presidente pavimenta su camino político para después del término de su mandato, posicionándose como la némesis natural del candidato republicano.
En contraste, la derecha y sectores críticos han denunciado el uso indebido de un recurso institucional para fines electorales, calificando la cadena nacional como un abuso de poder que degrada la institucionalidad presidencial.
Entre la ciudadanía, la reacción ha sido ambivalente. Algunos valoran la claridad y firmeza en la confrontación política, mientras que otros lamentan la polarización creciente y el uso de recursos públicos para campañas políticas.
Este episodio no puede entenderse sin considerar la historia reciente de la política chilena, donde los líderes oficiales han cargado con el peso de la impopularidad y la oposición ha sabido capitalizar la figura del antagonista para avanzar. Boric, consciente de esta dinámica, parece estar jugando una partida estratégica que busca mantener la hegemonía de la izquierda frente a un eventual gobierno de derecha radical.
Si Kast gana la presidencia, la izquierda más dura podría consolidarse en torno a figuras como Boric, mientras que un triunfo de Evelyn Matthei reabriría tensiones entre los bloques tradicionales y podría fragmentar el progresismo.
En definitiva, la cadena nacional del 4 de octubre fue más que un discurso: fue el debut público de Boric como líder opositor, un papel que redefine la campaña presidencial y que anticipa un escenario político donde la confrontación directa será la norma. Este giro estratégico, calculado y polémico, abre una nueva etapa en la política chilena, con consecuencias que ya comienzan a vislumbrarse en la configuración de alianzas, discursos y expectativas electorales.
- La utilización de una cadena nacional con fines políticos rompe con el uso tradicional de este recurso, cuestionando límites institucionales.
- La estrategia de Boric, lejos de ser un error, responde a un cálculo político que busca fortalecer su liderazgo en la izquierda y posicionarse para el futuro.
- El enfrentamiento directo con Kast ha beneficiado al candidato republicano, evidenciando la complejidad de la dinámica electoral chilena.
- La ciudadanía y los actores políticos enfrentan un escenario más polarizado, donde la comunicación política se vuelve cada vez más estratégica y confrontacional.
Este episodio marca un punto de inflexión en la campaña presidencial y en la política chilena, invitando a una reflexión profunda sobre los límites del poder, la comunicación institucional y las estrategias en tiempos de alta tensión electoral.
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Fuentes: análisis de dossier interno, seguimiento de encuestas Cadem, declaraciones oficiales y cobertura de medios nacionales.
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