
Un alivio esperado, pero con matices. Desde el 7 de octubre hasta el 14 de noviembre de 2025, miles de familias chilenas pudieron postular al Subsidio de Arriendo, un aporte estatal que busca aliviar la creciente presión que ejerce el encarecimiento de la vivienda en el país. El beneficio entrega un total de 170 UF (más de $6,7 millones) para complementar el pago mensual del arriendo, con topes que varían entre 4,2 y 4,9 UF según la región, y límites máximos de arriendo entre 11 y 13 UF. Este esquema, aunque bien recibido, pone sobre la mesa las tensiones entre el apoyo inmediato y las limitaciones estructurales del mercado habitacional chileno.
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) destaca el subsidio como una herramienta eficaz para que las familias con capacidad de pago puedan acceder a una vivienda en arriendo, complementando sus ingresos. 'Este subsidio busca que las familias que necesitan una solución habitacional a través del arriendo tengan este apoyo, que lo complementen con los ingresos propios por todo el tiempo que les dure este fondo,' afirmó el ministro Carlos Montes durante el lanzamiento del proceso.
Sin embargo, desde las regiones más afectadas, como Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Aysén y Magallanes, donde el monto máximo del subsidio es ligeramente mayor, persiste la preocupación por la capacidad real del beneficio para cubrir los altos costos de arriendo. 'El subsidio es un alivio, pero en ciudades con alta demanda y escasez, el tope de 13 UF para arriendos sigue siendo insuficiente para muchas familias,' comenta una dirigente social de Antofagasta.
Por otro lado, expertos en vivienda y economía social advierten que, aunque el subsidio ofrece un respiro, no aborda el déficit habitacional estructural que supera las 600 mil viviendas en Chile. 'Este tipo de subsidios son paliativos necesarios, pero el país requiere políticas integrales que incentiven la construcción de viviendas asequibles y regulen el mercado del arriendo,' señala el economista y académico Alberto Fuentes.
Para acceder al subsidio, los postulantes deben cumplir con una serie de requisitos que incluyen pertenecer al 70% más vulnerable según el Registro Social de Hogares, tener un ahorro mínimo de 4 UF en una cuenta de ahorro para la vivienda, y un rango de ingresos familiares que oscila entre 7 y 25 UF mensuales, ajustado según el tamaño del núcleo familiar. Además, la postulación se realiza preferentemente vía online a través de la plataforma oficial del Minvu, aunque también está disponible de forma presencial en oficinas Serviu.
Este filtro, aunque necesario para focalizar recursos, genera críticas desde sectores sociales que argumentan que muchas familias que quedan fuera de estos parámetros también enfrentan dificultades para acceder a una vivienda digna.
El subsidio de arriendo 2025 llega en un contexto de alta inflación, encarecimiento del suelo y una oferta habitacional que no logra satisfacer la demanda, especialmente en zonas urbanas. El Ministerio proyecta beneficiar a cerca de 5.800 familias en esta convocatoria, pero la cifra dista mucho de cubrir la magnitud del problema.
Además, la medida convive con otras políticas como el subsidio a la tasa de interés hipotecaria, que ha impulsado la compra de viviendas nuevas, pero que también enfrenta límites en cuanto a su duración y alcance, con propuestas para extenderlo o ampliar sus montos.
En definitiva, el subsidio de arriendo 2025 representa un esfuerzo estatal significativo para mitigar la crisis habitacional, pero también evidencia las complejidades y contradicciones de un mercado inmobiliario tensionado y una sociedad que demanda soluciones más profundas.
Como observadores, queda claro que el alivio proporcionado no es un remedio definitivo, sino un capítulo más en la lucha por el derecho a la vivienda en Chile, donde las voces de los afectados, los técnicos y los políticos siguen en un escenario de confrontación y búsqueda de acuerdos.
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Fuentes: Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), La Tercera, El País Chile, testimonios regionales, análisis académicos.