
El Distrito 9 de la Región Metropolitana, que incluye comunas como Recoleta, Independencia, Quinta Normal, Renca, Conchalí, Lo Prado, Cerro Navia y Huechuraba, se convirtió en el epicentro de una contienda parlamentaria que trasciende la simple disputa electoral. El 16 de noviembre de 2025, siete escaños se disputan en un territorio que alberga a cerca de un millón de habitantes, enfrentando desafíos estructurales en seguridad, salud y vivienda.
Esta elección ha tomado un cariz especial tras la exclusión de Daniel Jadue (PC), exalcalde de Recoleta, cuya candidatura fue anulada por el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel). Este hecho reconfiguró el panorama del oficialismo, dejando a Boris Barrera como el único representante del Partido Comunista en la papeleta. La decisión judicial generó un sacudón en la coalición, que debió recalibrar su estrategia en un distrito que históricamente ha sido un bastión para la izquierda.
Por el oficialismo, además de Barrera, compiten Carlos Cuadrado (PPD), César Valenzuela —exdirigente estudiantil y constituyente— y Andrés Giordano (Frente Amplio), quien busca la reelección. Esta diversidad interna refleja las distintas visiones sobre cómo abordar los problemas que aquejan al distrito.
Desde la oposición, figuras como Aldo Duque (RN) y José Manuel Santa Cruz (presidente de Evópoli) aspiran a ingresar al parlamento por primera vez, presentándose con discursos centrados en la seguridad y la mejora del sistema de salud. Además, candidatos en busca de reelección como Érica Olivera (Demócratas), Guillermo Ramírez (UDI) y José Carlos Meza (Republicanos) han puesto énfasis en estos temas, buscando capitalizar la inquietud ciudadana sobre la criminalidad y la saturación hospitalaria.
“La seguridad es el tema que más preocupa a los vecinos, pero no podemos descuidar la crisis habitacional y la falta de acceso a salud digna”, comenta un dirigente vecinal de Renca, reflejando la complejidad del escenario.
La disputa no solo es política, sino también social y territorial. Las comunas que componen el Distrito 9 presentan realidades heterogéneas, con sectores con altos índices de delincuencia y otros donde el déficit habitacional y la saturación del sistema público de salud son los problemas más acuciantes.
La exclusión de Jadue, un actor con fuerte arraigo local, ha generado críticas desde distintos sectores. Para algunos, fue un golpe a la representación popular; para otros, una oportunidad para renovar liderazgos y abrir espacio a nuevas voces. Este desencuentro simboliza la tensión entre la institucionalidad y las demandas sociales que se expresan en el distrito.
A menos de una semana de la elección, la campaña ha evidenciado una fragmentación marcada, con discursos que oscilan entre propuestas de mano dura en seguridad y llamados a políticas públicas integrales en salud y vivienda.
El desenlace de esta contienda tendrá implicancias más allá del Distrito 9. Representa un termómetro del estado de las coaliciones políticas en Chile y una prueba para las estrategias de gobernabilidad futura en un país que busca respuestas efectivas a problemas sociales profundos.
En definitiva, esta elección exhibe un tablero político en plena recomposición, donde las urgencias ciudadanas se enfrentan a las dinámicas internas de partidos y coaliciones, y donde la disputa por siete escaños refleja las tensiones que atraviesan a la sociedad chilena contemporánea.
2025-11-05