
Una cadena nacional que encendió la mecha política. El 30 de septiembre de 2025, el Presidente Gabriel Boric utilizó una cadena nacional para cuestionar el plan fiscal de José Antonio Kast, candidato presidencial de derecha, señalando que recortar 6.000 millones de dólares sin especificar cómo se haría afectaría derechos sociales como la Pensión Garantizada Universal (PGU). Este gesto, lejos de pasar inadvertido, detonó una tormenta política que hoy, semanas después, sigue reverberando con intensidad.
Kast respondió acusando al mandatario de “cobardía, corrupción y mentiras” en su intervención. Estas palabras no solo marcaron la pauta para un enfrentamiento verbal encendido, sino que también abrieron un debate sobre la ética y límites del uso del poder presidencial en tiempos de campaña electoral.
Evelyn Matthei, candidata presidencial y figura clave en la oposición de derecha, entró en escena para defender a Boric, aunque con matices. En entrevista con Mega, Matthei afirmó que la cadena nacional no fue una improvisación, sino un acto planificado y, aunque inaceptable desde la tradición republicana que impide a presidentes intervenir en campañas, no la calificó como corrupción.
“No creo que sea un acto de corrupción. Es un acto inaceptable desde el punto de vista de la República”, sostuvo Matthei, quien además recordó que ella lidera una coalición amplia y no puede comprometerse unilateralmente a apoyar a Kast en una eventual segunda vuelta.
Este episodio ha expuesto las tensiones internas en la derecha chilena, especialmente en la UDI, partido de Matthei, que presentó un requerimiento ante la Contraloría para que se pronuncie sobre la posible falta del Presidente Boric al principio de prescindencia.
Desde la perspectiva del oficialismo y sectores progresistas, la cadena fue una defensa necesaria de los derechos sociales frente a propuestas consideradas irresponsables. Para la derecha dura, fue una violación del principio de neutralidad presidencial y un abuso del poder.
A nivel ciudadano, la polémica ha generado una mezcla de rechazo y apoyo, con un sector que valora la defensa de derechos sociales y otro que denuncia la politización presidencial en plena campaña.
Con el paso de las semanas, queda claro que este episodio no es solo un choque de discursos, sino un síntoma de la profunda polarización política que atraviesa Chile en este ciclo electoral.
La Contraloría aún no ha emitido un pronunciamiento definitivo sobre la queja presentada, mientras que la campaña presidencial sigue tensionada por episodios similares que ponen en juego la tradición republicana y la ética política.
Conclusión:
Este enfrentamiento escenifica una batalla por el control de la narrativa política en un momento clave para Chile. Boric desafió la tradición republicana al intervenir directamente en campaña, Kast respondió con acusaciones duras que tensionan la convivencia democrática, y Matthei se posiciona como una voz crítica pero conciliadora dentro de la derecha. Lo que parecía un simple acto comunicacional se transformó en un coliseo donde se ponen en juego la legitimidad, la ética política y la capacidad de los actores para sostener sus posturas en un escenario polarizado. La verdad, como suele ocurrir, transita por un terreno complejo donde la interpretación y la estrategia política se entrelazan, dejando a la ciudadanía la tarea de discernir y reflexionar sobre los límites del poder en democracia.
Fuentes consultadas: La Tercera (2 de octubre de 2025), declaraciones públicas de Evelyn Matthei, análisis políticos de medios independientes y documentos oficiales de la Contraloría General de la República.