La ayuda humanitaria a Gaza enfrenta un bloqueo persistente: dos chilenas atrapadas en la flotilla interceptada

La ayuda humanitaria a Gaza enfrenta un bloqueo persistente: dos chilenas atrapadas en la flotilla interceptada
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-14
Fuentes
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- Bloqueo y escasez prolongada mantienen a Gaza en crisis humanitaria.

- Intercepción de la flotilla Sumud por Israel con activistas, incluyendo dos chilenas.

- Tensiones diplomáticas y demandas de respeto al derecho internacional marcan la disputa.

La crisis humanitaria en Gaza no se ha resuelto con el cese de bombardeos. Desde el alto el fuego del 10 de octubre de 2025, la llegada de ayuda ha aumentado pero sigue siendo insuficiente. Mientras los mercados muestran una tímida recuperación en productos básicos como harina y arroz, la carne, las verduras y otros alimentos frescos siguen siendo un lujo inaccesible para la mayoría. La población, que ha sufrido dos años de bombardeos y bloqueo, continúa dependiendo de la ayuda internacional para sobrevivir, con cientos de miles de personas desplazadas y en condiciones precarias ante la llegada del invierno.

En este contexto, la reciente interceptación por Israel de la flotilla humanitaria global “Sumud”, que pretendía ingresar a Gaza con asistencia directa, ha reavivado tensiones y cuestionamientos sobre el respeto al derecho internacional humanitario. Entre los activistas abordados se encuentran dos ciudadanas chilenas: Marita Rodríguez y Lorena Delgado Vargas, parlamentaria sueca de origen chileno.

Un bloqueo que no cede

Desde el gobierno chileno, la Cancillería expresó “grave preocupación” por la acción israelí, denunciando que la interceptación vulnera la libertad de navegación y las obligaciones internacionales de facilitar el acceso humanitario. La demanda oficial es clara: “respeto irrestricto de las normas del derecho internacional” y garantizar la seguridad de los voluntarios, además del libre ingreso de ayuda a Gaza.

Por su parte, fuentes de Naciones Unidas y organizaciones humanitarias han confirmado que, aunque la cantidad de ayuda ha aumentado —con hasta 560 toneladas diarias de alimentos entrando a Gaza—, la escala de la crisis demanda un flujo mucho mayor y sostenido. La infraestructura de la Franja está en ruinas, y la inseguridad en el acceso a zonas clave, especialmente en el norte, limita la distribución efectiva.

Voces desde Gaza y la comunidad internacional

La población gazatí vive esta realidad con una mezcla de alivio y frustración. Kamla Abu Sitta, una mujer desplazada de 65 años, relata que “ahora podemos recibir un plato de comida diario, pero frutas y verduras siguen siendo imposibles para quienes no tienen dinero”. Otros, como el padre de familia Yassin Jaber, lamentan que productos básicos como tomates hayan llegado a costar hasta 30 euros el kilo durante la guerra, y que aún hoy la carne sea un lujo inaccesible.

Desde Israel, la justificación oficial apunta a razones de seguridad y control estricto sobre el ingreso a Gaza, mientras que Hamas, que gobierna el territorio, denuncia que la ayuda es insuficiente y que el bloqueo debe terminar para evitar un colapso humanitario total.

Chile en el centro de la disputa

La participación de dos chilenas en la flotilla interceptada ha puesto a Chile en un lugar delicado. El consulado en Tel Aviv mantiene contacto con las autoridades israelíes para asegurar la asistencia consular necesaria, mientras el gobierno chileno llama a la calma y a respetar los compromisos internacionales.

Conclusiones: entre la tragedia y la esperanza

La crisis en Gaza es un drama que aún no encuentra solución definitiva. El alto el fuego ha detenido la violencia directa, pero la escasez de alimentos, agua potable y refugios adecuados sigue siendo una amenaza para la vida de millones. La intercepción de la flotilla Sumud simboliza el choque entre la urgencia humanitaria y las complejidades geopolíticas que bloquean el acceso efectivo a la ayuda.

Las verdades que emergen son duras: la ayuda internacional debe aumentar y llegar sin trabas, las poblaciones civiles necesitan protección y acceso a servicios básicos, y los actores en conflicto deben respetar el derecho internacional humanitario. Chile, como país con ciudadanos involucrados, enfrenta el desafío de equilibrar la defensa de sus ciudadanos con la diplomacia en un escenario internacional complejo.

En definitiva, la tragedia de Gaza no es solo un conflicto lejano, sino una lección sobre los límites del poder y la urgencia de la solidaridad en un mundo fragmentado.