
Un conflicto que se niega a ceder. Desde el 12 de noviembre, la huelga del Sindicato de Pilotos de Latam (SPL) ha entrado en un punto de no retorno, dejando al descubierto no solo una disputa laboral, sino un choque de fuerzas que trasciende lo económico y se adentra en las relaciones de poder dentro del mercado aéreo chileno.
La huelga comenzó el 12 de noviembre de 2025, tras el fracaso de negociaciones entre el sindicato y la empresa. Desde entonces, más de 300 pilotos han mantenido una postura firme, respaldada por la asamblea sindical, que rechaza cualquier oferta que no suponga un reconocimiento real a sus demandas.
El asesor legal del sindicato, Zarko Luksic, declaró el 13 de noviembre que "la asamblea nos ha pedido que nos mantengamos firmes" y denunció que la empresa busca suprimir la acción sindical pese a sus sólidas utilidades. Latam, por su parte, ha reiterado que sus propuestas buscan un equilibrio entre la sustentabilidad financiera y las condiciones laborales, aunque hasta ahora no ha presentado una contraoferta que satisfaga al sindicato.
Desde la perspectiva sindical, el conflicto es una defensa de derechos y dignidad laboral. "No es un tema económico, sino de una relación hostil que la empresa mantiene contra el sindicato más fuerte del mercado aéreo", afirma Luksic, apuntando a una estrategia empresarial que busca debilitar la organización colectiva.
En contraste, la empresa y algunos analistas económicos advierten sobre el impacto que una huelga prolongada puede tener en la estabilidad financiera de Latam y en la conectividad nacional e internacional. "La empresa debe mantener su viabilidad para seguir operando y ofreciendo empleo a miles", sostienen desde la administración.
En el plano político, la Dirección Nacional del Trabajo ha intentado mediar, convocando a negociaciones voluntarias que hasta ahora no han fructificado. Algunos sectores de la oposición han expresado solidaridad con los pilotos, mientras que voces más conservadoras critican la huelga por afectar a los usuarios y la economía.
A dos días de huelga efectiva, vuelos cancelados y reprogramaciones han afectado a miles de pasajeros, generando un debate público sobre el derecho a huelga versus el derecho a la movilidad. La presión social crece, pero el sindicato mantiene su postura inamovible.
Este conflicto desnuda la tensión entre la fuerza laboral organizada y el poder corporativo en un sector estratégico para Chile. La disputa pone en evidencia la necesidad de repensar los canales de diálogo y la regulación en la industria aérea para evitar escaladas que perjudiquen a la sociedad en su conjunto.
Al cierre de esta edición, el escenario sigue abierto. La empresa no ha presentado una nueva oferta y el sindicato se mantiene firme, en una pugna que parece destinada a marcar un antes y un después en las relaciones laborales del país.
Las lecciones de esta huelga invitan a reflexionar sobre cómo equilibrar derechos y responsabilidades, y sobre la urgencia de construir espacios de negociación que trasciendan la confrontación y permitan soluciones duraderas.
Fuentes: Diario Financiero, declaraciones públicas del Sindicato de Pilotos de Latam, Dirección Nacional del Trabajo.