
La economía chilena presentó en septiembre un avance moderado, con un Imacec que creció un 3,2% en 12 meses, en línea con las expectativas del mercado, pero con claros signos de fragilidad estructural. El Banco Central informó que el crecimiento del mes fue favorecido por dos días hábiles adicionales respecto a 2024, y estuvo liderado por el dinamismo de los servicios y el comercio, mientras que la minería mostró una baja significativa.
El motor principal del crecimiento fue el sector servicios, que aumentó un 3,3% anual, impulsado por servicios empresariales, personales y de transporte, mientras que el comercio registró un alza notable de 10,8%, con todos sus componentes mostrando resultados positivos. El comercio mayorista destacó por mayores ventas de maquinaria, equipos y alimentos, y el comercio minorista creció gracias a ventas en almacenes de comestibles, vestuario y plataformas online.En contraste, la producción minera cayó un 2,2%, afectada por una menor extracción de cobre, que sigue siendo el gran talón de Aquiles para la economía nacional.
Este contraste sectorial refleja una economía que, aunque muestra señales de recuperación en el consumo y los servicios, sigue enfrentando desafíos profundos en su principal actividad exportadora y fuente de divisas.
Desde el mundo académico y financiero, las opiniones convergen en la necesidad de mantener expectativas moderadas. Rodrigo Montero, decano de la Facultad de Administración y Negocios de la U. Autónoma, señala que 'el crecimiento del Imacec en septiembre confirma una recuperación, pero con una pendiente exigente para mantenerla en el tiempo'. Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía de la U. San Sebastián, advierte que 'el crecimiento es insuficiente para un impulso robusto y el gobierno debería transparentar mejor la realidad económica'.
Por su parte, Pablo Pérez, economista del Instituto Libertad, enfatiza que 'sin reformas estructurales que incentiven inversión, productividad y competitividad, la economía seguirá reaccionando a shocks puntuales más que a un ciclo expansivo genuino'.
El crecimiento del 3,2% en septiembre se produce tras un agosto decepcionante, cuando el Imacec avanzó solo un 0,5%, afectado por la paralización parcial de la mina El Teniente. La recuperación del sector minero en septiembre es aún incipiente y no logra compensar la caída acumulada en meses anteriores.
Además, el efecto calendario favorable (dos días hábiles más que en 2024) suaviza la lectura del dato, lo que invita a la cautela en la interpretación del avance.
En términos prácticos, este escenario implica que la economía chilena se mantiene en una zona de crecimiento moderado, con desafíos para generar empleo de calidad y aumentar los salarios reales, elementos clave para consolidar una recuperación sostenible.
La economía chilena enfrenta un escenario que combina señales positivas en consumo y servicios con persistentes dificultades en minería, su sector emblemático. Las cifras de septiembre confirman un crecimiento moderado, en línea con las expectativas, pero muestran que la recuperación es frágil y dependiente de factores externos y estructurales.
La pluralidad de voces consultadas coincide en que, sin cambios profundos en políticas públicas y reformas estructurales, el país seguirá navegando en un crecimiento contenido, vulnerable a shocks y con limitadas perspectivas de expansión vigorosa.
Este diagnóstico invita a un debate informado y reflexivo sobre el rumbo económico, más allá de titulares inmediatos, que permita a los ciudadanos y actores sociales comprender las complejidades y desafíos que enfrenta Chile en su desarrollo económico.
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Fuentes consultadas: Banco Central de Chile, Diario Financiero, La Tercera, Cooperativa.cl, opiniones de académicos y economistas destacados.