
Un escenario de confrontación política se desplegó el 1 de octubre en el campus UNAB Casona Las Condes, donde seis candidatos del distrito 11 participaron en el segundo encuentro del ciclo "Debate Parlamentarias 2025" organizado por La Tercera y la Universidad Andrés Bello.
El distrito 11, que abarca comunas emblemáticas como La Reina, Las Condes, Lo Barnechea, Peñalolén y Vitacura, ha sido un bastión sólido de la derecha, con cinco de sus seis escaños en manos de ese sector. Sin embargo, esta hegemonía se vio cuestionada desde el inicio de la campaña parlamentaria, cuando el oficialismo decidió apostar a fondo para aumentar su representación en esta zona.
El debate reunió a figuras con trayectorias diversas y posturas enfrentadas. Desde la derecha, los actuales diputados Catalina del Real (REP.), Francisco Undurraga (Evópoli) y Diego Schalper (RN) defendieron la continuidad de políticas que, según ellos, han promovido estabilidad y desarrollo en el distrito. En contraste, la izquierda y el oficialismo presentaron una propuesta de cambio, encarnada en la exconvencional constituyente Constanza Schönhaut (FA) y la exconcejala Isidora Alcalde (FA), quienes pusieron énfasis en la necesidad de abordar desigualdades y demandas sociales históricas en estas comunas.
"Este distrito no puede seguir siendo un reflejo de exclusión, donde las políticas públicas han favorecido solo a una elite," señaló Schönhaut durante el debate. Por su parte, Schalper replicó que 'la estabilidad y el crecimiento económico son la base para mejorar la calidad de vida de todos, y eso se ha logrado con el liderazgo actual.'
La tensión entre mantener el status quo y abrir paso a transformaciones sociales se hizo palpable, no solo en las propuestas programáticas sino también en el tono y la interacción de los candidatos. La derecha mostró confianza en su arraigo histórico, mientras que el oficialismo buscó capitalizar el descontento ciudadano y la fatiga con las desigualdades persistentes.
Desde una perspectiva regional, la disputa refleja un fenómeno más amplio: la polarización entre comunas tradicionalmente acomodadas y aquellas con mayor diversidad socioeconómica dentro del mismo distrito, como Peñalolén, que aporta una voz crítica y más demandante de cambios estructurales.
El debate también marcó un hito en la participación ciudadana, con una audiencia que superó expectativas y un seguimiento intenso en redes sociales, evidenciando el interés por una representación parlamentaria que responda a las complejidades del territorio.
En conclusión, este encuentro no solo fue un ejercicio democrático más, sino un reflejo de la lucha por definir el futuro político del distrito 11. La derecha enfrenta el desafío de renovar sus mensajes para no perder terreno, mientras que el oficialismo debe demostrar que su apuesta por la transformación tiene respaldo real y capacidad de gestión.
Las verdades que emergen son claras: el distrito 11 es un microcosmos de las tensiones nacionales entre continuidad y cambio, exclusión y apertura, estabilidad y justicia social. Las consecuencias de esta contienda irán más allá de los escaños, impactando en la configuración política y social del sector oriente de Santiago en los años venideros.
Fuentes consultadas incluyen reportajes de La Tercera, análisis de la Universidad Andrés Bello y testimonios directos de los participantes y ciudadanos del distrito.