Chile y la candidatura de Michelle Bachelet a la ONU: entre una oportunidad histórica y la mezquindad política

Chile y la candidatura de Michelle Bachelet a la ONU: entre una oportunidad histórica y la mezquindad política
Actualidad
Política
2025-11-14
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- Una candidatura con peso internacional y legado diplomático

- Divisiones políticas internas que amenazan unidad estratégica

- Un momento clave para la proyección global de Chile y su diplomacia

Chile enfrenta un momento histórico con la postulación de Michelle Bachelet a la Secretaría General de Naciones Unidas, un cargo que ningún chileno ni latinoamericano ha ocupado antes. El anuncio oficial de la candidatura se hizo público a comienzos de noviembre de 2025, en medio de un escenario electoral complejo y polarizado en el país. Esta candidatura representa no solo un reconocimiento a la trayectoria personal de Bachelet —ex presidenta de Chile, directora ejecutiva de ONU Mujeres y Alta Comisionada de Derechos Humanos— sino también una oportunidad para que Chile recupere un rol de liderazgo en la escena internacional, reforzando su tradición diplomática basada en el respeto al derecho internacional, el multilateralismo y la defensa de los derechos humanos.

Una candidatura con peso y desafíos

El currículum de Michelle Bachelet la posiciona como una de las candidatas más preparadas para el puesto. Como señala Álvaro Elizalde, ministro del Interior, “no se trata solo de una hoja de vida admirable, sino de su capacidad para encarnar valores que el mundo necesita: diálogo, cooperación, respeto y fortalecimiento del derecho internacional”. Además, la rotación histórica de la Secretaría General de la ONU favorece a América Latina y, por primera vez, a una mujer, lo que añade un componente simbólico y estratégico a la postulación.

Sin embargo, la candidatura no está exenta de obstáculos. Entre ellos, la oposición de sectores políticos internos que han cuestionado la postulación, en ocasiones con argumentos que rozan la mezquindad política y la desinformación. Figuras como José Antonio Kast y Evelyn Matthei han manifestado reticencias, condicionando su apoyo a resultados electorales o a circunstancias futuras, mientras que voces como Johannes Kaiser han difundido teorías conspirativas que han polarizado aún más el debate.

La mezquindad política y sus consecuencias

La campaña presidencial ha tensionado el respaldo a la candidatura, evidenciando un choque entre la lógica de “jefes de barra” y la responsabilidad de futuros gobernantes que deben priorizar el interés nacional por sobre las disputas partidistas. Iván Moreira, senador UDI, criticó esta actitud: “No puede haber tanta mezquindad ideológica de desaprovechar esta oportunidad que es muy importante, y que Chile jamás ha tenido”.

Esta división interna no solo debilita la imagen internacional del país, sino que también pone en riesgo una oportunidad única de proyectar a Chile como un actor relevante en la gobernanza global en tiempos de crisis y fracturas geopolíticas.

Voces desde la pluralidad

El gobierno y sectores de centroizquierda han defendido con firmeza la candidatura, entendiendo que trasciende las disputas políticas locales. En cambio, algunos sectores de derecha han mostrado cautela o rechazo, argumentando cuestionamientos a la gestión pasada de Bachelet o desconfiando de los beneficios que representaría para Chile.

A nivel ciudadano y académico, el debate ha generado reflexiones sobre la necesidad de separar la política interna de las políticas de Estado, especialmente en materias de política exterior y diplomacia, donde la continuidad y unidad son claves para el prestigio y la influencia internacional.

Constataciones y consecuencias

La candidatura de Michelle Bachelet a la Secretaría General de la ONU representa una oportunidad histórica para Chile, que podría consolidar su liderazgo internacional y fortalecer el multilateralismo en un contexto global complejo. Sin embargo, la mezquindad y las disputas políticas internas han puesto en riesgo la unidad necesaria para apoyar esta postulación con la fuerza que merece.

La experiencia muestra que Chile ha sabido históricamente actuar con coherencia en política exterior cuando prioriza el bien común y la visión de Estado, como en los casos de rechazo a la guerra de Irak o en la defensa ante La Haya. La actual coyuntura exige una postura similar para no desperdiciar una oportunidad que puede marcar un hito en la historia diplomática nacional.

En definitiva, el país se encuentra ante un desafío que va más allá de las individualidades y las campañas: demostrar que puede actuar con grandeza y responsabilidad en la arena internacional, dejando atrás las mezquindades y priorizando el prestigio y la influencia global que Chile merece.

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Fuentes consultadas:

- Declaraciones del ministro Álvaro Elizalde Soto.

- Críticas y apoyos expresados por senadores y líderes políticos en medios nacionales.

- Análisis del contexto político y diplomático chileno en La Tercera y Diario Financiero (noviembre 2025).

- Opiniones y declaraciones públicas de figuras como Iván Moreira, José Antonio Kast y Evelyn Matthei.

Este análisis busca ofrecer una visión completa y ponderada, permitiendo a los lectores comprender la complejidad del momento y la importancia de la candidatura con todos sus matices y tensiones.