
El cambio de era de SoftBank se cristalizó este 2025 con una serie de movimientos que han sacudido el mercado tecnológico mundial. Bajo el liderazgo de Masayoshi Son, el conglomerado japonés ha dejado atrás su tradicional portafolio en semiconductores y telecomunicaciones para apostar con fuerza por la inteligencia artificial (IA), robótica y la infraestructura que la sostiene.
En menos de un año, SoftBank vendió más de 32 millones de acciones de Nvidia, recaudando cerca de US$5.800 millones, y reportó un beneficio neto trimestral de US$16.600 millones, impulsado por la valorización de su participación en OpenAI. Estas cifras no solo marcan un récord en su historia, sino que también reflejan la convicción de Son de que la IA es el motor que definirá la próxima década.
La estrategia ha incluido adquisiciones emblemáticas como la compra de Ampere Computing por US$5.000 millones, la inversión de US$2.000 millones en Intel y la adquisición de la división de robótica de ABB por US$5.400 millones, consolidando así su apuesta por la llamada “IA física”, que combina algoritmos con automatización industrial.
Además, SoftBank ha reforzado su presencia en mercados emergentes y en América Latina, invirtiendo en fintechs y plataformas como Kavak y Clip en México, y en startups creativas de IA generativa como OpusClip.
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas. Vision Fund 2 reportó pérdidas de US$700 millones en uno de sus últimos trimestres, afectado por la caída en la valorización de algunas startups clave. Esto evidencia los riesgos inherentes a una apuesta tan ambiciosa y disruptiva.
Desde el prisma de los analistas, SoftBank ha dejado atrás su imagen de fondo disperso para consolidarse como un intermediario clave del capital tecnológico en Japón y el mundo. No obstante, la magnitud de las inversiones y la velocidad con que se ejecutan generan debates sobre la sostenibilidad y el impacto a largo plazo.
“SoftBank está jugando a ser el arquitecto de la nueva era tecnológica, pero cada movimiento conlleva riesgos que podrían redefinir su futuro,” señala un experto de CLSA citado por Financial Times.
Por su parte, voces críticas advierten que esta concentración de capital en IA y robótica podría profundizar brechas tecnológicas y económicas, desplazando sectores tradicionales y generando desafíos regulatorios y sociales.
En definitiva, la historia de SoftBank en 2025 es la de un coloso que redefine su identidad en tiempo real, enfrentando el desafío de capitalizar la revolución de la IA sin perder el equilibrio financiero ni la visión estratégica.
Verdades y consecuencias:
- La inversión masiva en IA es ya un fenómeno global con implicancias económicas y sociales profundas.
- SoftBank se posiciona como un actor clave, pero la volatilidad y las pérdidas recientes advierten sobre la complejidad del juego.
- El impacto en mercados emergentes y América Latina abre oportunidades, pero también plantea interrogantes sobre inclusión y sostenibilidad.
Este giro estratégico no solo marca un cambio en el portafolio de un conglomerado, sino que simboliza la transformación radical del ecosistema tecnológico mundial, un terreno donde se libran hoy las batallas por el futuro digital.
Fuentes: Diario Financiero, Financial Times, Bloomberg, Business Insider.