
Un año después de su regreso de Estados Unidos, el presidente argentino Javier Milei ha profundizado su agenda de reformas laborales y fiscales, encendiendo un pulso que atraviesa el tejido social y político del país.
El 27 de septiembre de 2025, Milei presentó en la Feria Internacional de Turismo en Buenos Aires un llamado urgente a "reformar el mercado laboral para facilitar la contratación" y a "reducir impuestos para aumentar la rentabilidad de los emprendimientos". Este discurso, lejos de ser un mero acto protocolar, marcó un punto de inflexión en la política económica argentina.
Desde el oficialismo, la narrativa se centra en la necesidad de modernizar un sistema que consideran rígido y costoso para las empresas. "Debemos terminar con la 'industria del juicio' laboral, que lleva negocios a la quiebra para beneficiar a unos pocos", afirmó Milei, señalando un problema estructural en el mercado de trabajo.
Sin embargo, los sindicatos y organizaciones laborales han respondido con firme oposición, denunciando que las reformas propuestas vulneran derechos adquiridos y precarizan el empleo. Para ellos, "abaratar el despido y extender los períodos de prueba no es progreso, sino retroceso social".
En paralelo, la reforma fiscal, que incluye una reducción de impuestos cercana al 90% para 2025, ha generado debates intensos. El gobierno sostiene que esta medida estimulará la inversión y el emprendimiento, apuntalando la economía sin recurrir a devaluaciones o emisión monetaria excesiva.
Desde diciembre de 2023, cuando Milei asumió el mandato, se han implementado cambios legales que han sido judicializados y cuestionados en tribunales, reflejando la tensión entre el Ejecutivo y otros poderes del Estado.
Por su parte, economistas críticos advierten sobre riesgos de menor recaudación y aumento de desigualdad, poniendo en duda la sostenibilidad de estas reformas a largo plazo.
El pulso no es solo económico, sino profundamente político y social. Las provincias con economías más dependientes del empleo público y sectores regulados han manifestado preocupación por el efecto dominó que estas reformas podrían desencadenar.
Ciudadanos, por su parte, se encuentran divididos entre quienes ven en las reformas una oportunidad para dinamizar el mercado y quienes temen un aumento en la precariedad y la inseguridad laboral.
La agenda de reformas impulsada por Milei desde su viaje a EE.UU. ha desplegado un escenario de confrontación que pone en jaque la estabilidad social y política argentina. La tensión entre la necesidad de modernizar la economía y el resguardo de derechos laborales esenciales sigue siendo el eje de un debate que trasciende fronteras.
Lo que queda claro es que las reformas no solo han madurado en el papel, sino que se han convertido en un campo de batalla donde se enfrentan visiones encontradas sobre el futuro del trabajo y la justicia fiscal en Argentina. El desenlace de este conflicto marcará, sin duda, el rumbo del país y su posición en la región en los años venideros.
Fuentes: Cooperativa.cl (27/09/2025).
2025-11-01