
Un programa que no llega y un escenario que se tensa. La campaña presidencial de Jeannette Jara, abanderada oficialista, ha vivido semanas de turbulencia que trascienden la simple demora en la entrega de un documento clave: su programa de Gobierno. A fines de septiembre de 2025, Marco Enríquez-Ominami (ME-O) expresó públicamente que la ausencia del programa era "la gota que rebalsó el vaso", una crítica que resonó más allá de la coyuntura electoral y puso en evidencia las fracturas internas dentro de la coalición que la respalda.
El retraso en la presentación del programa oficial fue percibido como un vacío político en un momento crucial. ME-O, candidato independiente y exdiputado, no solo cuestionó la falta de claridad programática, sino que denunció una campaña sin equipos cohesionados y con contradicciones visibles entre partidos aliados. Su crítica no fue aislada: desde la Democracia Cristiana, el jefe de bancada Héctor Barría manifestó preocupación y urgió a que "se corrija pronto" esta situación, enfatizando que la ciudadanía demanda conocer qué propone la candidata.
El problema no es solo la ausencia de un documento, sino las tensiones políticas que la rodean. Sectores tradicionales y más clásicos del Partido Comunista, según Barría, mantienen una resistencia a que Jara se consolide plenamente como la candidata de la coalición, prefiriendo que su candidatura responda más a los intereses del Comité Central que a un consenso amplio. Esta disputa interna ha generado un desgaste público y una percepción de desorden que afecta la imagen de la campaña.
En las ferias y calles, la pregunta por el programa y las propuestas de Jara se repite entre los votantes, un reflejo de la necesidad de certezas en un contexto donde la incertidumbre política se ha instalado. La falta de un plan claro ha alimentado la desconfianza y ha abierto espacio para que opositores y candidatos independientes capitalicen la crítica, como lo hizo ME-O al presentar sus propuestas deportivas y de bienestar.
Para algunos analistas, este episodio es un síntoma de la complejidad de las alianzas políticas en Chile, donde la diversidad ideológica dentro de las coaliciones dificulta la construcción de un discurso unificado. Otros advierten que la demora y las disputas internas pueden significar un costo electoral importante, erosionando la confianza en la capacidad de gestión y liderazgo de la candidata.
La ausencia o demora en la entrega del programa de Gobierno de Jeannette Jara no es solo un problema logístico sino un reflejo de profundas tensiones políticas internas. La crítica pública de ME-O y la preocupación expresada por figuras de la Democracia Cristiana evidencian que la coalición oficialista enfrenta un desafío mayor que la campaña misma: lograr cohesión y claridad en su proyecto político. El impacto en la percepción ciudadana y en la dinámica electoral ha sido tangible, y las consecuencias de esta crisis aún se están desarrollando en el escenario político chileno.
Fuentes consultadas incluyen reportajes de Cooperativa.cl, declaraciones públicas de ME-O y análisis políticos de académicos y dirigentes de partidos de la coalición oficialista.
2025-11-11