El experimento japonés con IA en política: un partido nombra a un líder virtual y abre un debate global

El experimento japonés con IA en política: un partido nombra a un líder virtual y abre un debate global
Internacional
Asia
2025-11-15
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- Un partido político japonés designa a una inteligencia artificial como su nuevo líder.

- El avatar virtual, un pingüino, simboliza la apuesta por una política más limpia y transparente.

- Expertos y políticos debaten sobre los riesgos y alcances de delegar decisiones públicas a máquinas.

En octubre de 2025, Japón se convirtió en el epicentro de un experimento político sin precedentes al nombrar a una inteligencia artificial (IA) como líder formal de un partido político. El partido Saisei no Michi (Camino al Renacimiento), fundado a comienzos de este año, decidió entregar el timón a un avatar virtual tras la renuncia de su fundador, quien no logró escaños en las recientes elecciones. Este avatar, representado por un pingüino —un guiño a la cultura japonesa y su afecto por los animales—, es asistido por Koki Okumura, un joven investigador de IA de la Universidad de Kioto que funge como su 'asistente humano'.

Una apuesta por limpiar la política

“La idea es reemplazar a esos políticos corruptos con políticos limpios y nuevos. Y en última instancia, creemos que la IA podría reemplazar a los políticos humanos”, explicó Aoyagi Mitsuya, miembro del partido, a medios internacionales. La narrativa oficial apunta a que la IA, al carecer de intereses personales y corrupción, podría ofrecer una gestión más transparente y eficiente.

Sin embargo, la legislación japonesa impide que un ente no humano sea candidato oficial, por lo que el avatar actúa más como símbolo y portavoz que como autoridad legal.

Voces desde la política y la academia

La iniciativa ha generado un choque de perspectivas. Mientras el partido defiende la transparencia y apertura del diseño de la IA —“todos conocerán la lógica y los datos que alimentan a la IA, y podrá explicar sus decisiones”—, expertos en gobernanza y derechos humanos advierten sobre los peligros de una delegación excesiva.

Ben Wagner, académico de la Universidad Tecnológica de Delft, señala que “esto sería problemático para la gobernanza democrática y la rendición de cuentas, y probablemente causaría más problemas de los que resuelve”. La preocupación central es la dificultad para atribuir responsabilidades y el riesgo de manipulación oculta detrás de sistemas opacos.

Martin Wählisch, profesor en la Universidad de Birmingham, añade que la verdadera cuestión no es si confiar en máquinas o humanos, sino en el control que las élites políticas ejercen sobre ambas. “Las máquinas no existen separadas de la élite política que dicta las decisiones”, afirma, subrayando que la responsabilidad última debe recaer en líderes humanos.

Un fenómeno global con ejemplos recientes

El experimento japonés no es un caso aislado. En Albania, la semana pasada se presentó a Diella, la primera ministra holográfica creada por IA, encargada de supervisar licitaciones públicas con la promesa de eliminar la corrupción. Sin embargo, su nombramiento ha sido recibido con protestas y cuestionamientos legales sobre su legitimidad y control.

En Suecia, el primer ministro Ulf Kristersson admitió utilizar IA para obtener segundas opiniones en decisiones de gobierno, lo que desató críticas pero también abrió el debate sobre la integración tecnológica en la política.

Además, países como Ucrania, Estonia y Emiratos Árabes Unidos han implementado asistentes digitales para simplificar trámites y mejorar la interacción con el Estado, aunque sin delegar decisiones clave a la IA.

Chile y la IA en el sector público

En Chile, aunque no se han dado pasos tan audaces como en Japón o Albania, académicos y expertos llaman a prepararse para una transformación tecnológica inevitable. Sergio Urzúa, investigador de Clapes-UC, advierte que la automatización puede sustituir tareas administrativas, pero el desafío es ayudar a los trabajadores públicos a reinventarse y adaptarse a la nueva realidad.

Constataciones finales

El nombramiento de una IA como líder político en Japón plantea un escenario inquietante y fascinante para la democracia contemporánea. Si bien la tecnología puede aportar eficiencia y transparencia, también abre interrogantes sobre rendición de cuentas, legitimidad y control. La política, con su inherente complejidad humana, no parece fácilmente sustituible por algoritmos, aunque la coexistencia entre humanos y máquinas en la toma de decisiones públicas es ya una realidad en expansión.

Este caso invita a una reflexión profunda sobre cómo las sociedades quieren integrar la inteligencia artificial en sus estructuras de poder y cuáles son los límites éticos y prácticos que deben establecerse para preservar la democracia y los derechos ciudadanos.