El frío y la lluvia regresan a Santiago: un sistema frontal que puso a prueba a la capital

El frío y la lluvia regresan a Santiago: un sistema frontal que puso a prueba a la capital
Actualidad
Sociedad
2025-11-15
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- Cambio abrupto tras semanas de calor intenso

- Sistema frontal dejó lluvias y nevadas en la cordillera

- Diversas reacciones sociales y políticas al fenómeno climático

Durante el último mes, Santiago vivió una montaña rusa meteorológica que puso a prueba la capacidad de adaptación de sus habitantes. Tras semanas de temperaturas que rozaron los 31 °C, un sistema frontal irrumpió en la Región Metropolitana a fines de septiembre, trayendo consigo frío, lluvia y nieve en la cordillera. Este fenómeno, anunciado con anticipación por la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) y corroborado por plataformas especializadas como Meteored, se convirtió en el protagonista de una historia climática que aún deja lecciones y reflexiones.

El relato del clima: del calor casi veraniego al frío inesperado

Desde mediados de septiembre, Santiago registró temperaturas excepcionalmente altas para la época, alcanzando máximas de hasta 31 °C en comunas como Tiltil, un calor que sorprendió a meteorólogos y ciudadanos por igual. Sin embargo, esta calma térmica fue solo la antesala de un cambio drástico. El jueves 25 de septiembre comenzó a notarse un descenso en las temperaturas, con cielos nublados y máximas que no superaron los 23 °C.

La llegada del sistema frontal el viernes 26 marcó el día más frío de la temporada, con máximas que apenas llegaron a 15 o 16 °C y mínimas cercanas a los 10 °C. La lluvia se hizo presente en toda la capital, aunque con acumulados moderados —entre 5 y 15 milímetros— y las precipitaciones más intensas se concentraron en sectores precordilleranos como San José de Maipo, Buin y Peñaflor.

La cordillera no quedó exenta: la nieve volvió a cubrir sus cumbres, con acumulaciones de hasta 30 centímetros en Paso Los Libertadores, un espectáculo inusual para esta época del año.

Voces en el escenario: diversidad de perspectivas

Desde el mundo político, la llegada del frío y la lluvia generó reacciones encontradas. Algunos sectores de oposición aprovecharon para criticar la falta de políticas públicas que preparen a la capital ante fenómenos climáticos extremos, vinculando la situación con la crisis climática global y la necesidad de una gestión más proactiva.

"Este sistema frontal nos recuerda que el cambio climático no solo trae calor, sino también eventos extremos que deben ser considerados en la planificación urbana y social", señaló una parlamentaria de oposición.

Por otro lado, desde el gobierno se destacó la coordinación entre organismos meteorológicos y de emergencia para informar oportunamente a la ciudadanía, aunque reconocieron que la infraestructura y los servicios aún enfrentan desafíos para responder a estos cambios bruscos.

Un vocero oficial comentó: "La información temprana permitió que la población estuviera preparada, pero debemos seguir trabajando en fortalecer la resiliencia de Santiago frente a estos eventos."

En la esfera social, la población mostró una mezcla de sorpresa y resignación. Las redes sociales se llenaron de imágenes del regreso de la nieve en la cordillera y de calles mojadas, mientras que algunos ciudadanos expresaron su incomodidad ante el abrupto cambio, especialmente después de semanas de calor intenso.

Consecuencias y reflexiones: ¿qué aprendimos?

Este episodio climático confirma la creciente volatilidad del tiempo en la zona central de Chile, donde la primavera puede alternar días de calor casi veraniego con jornadas de frío y precipitaciones invernales. Los pronósticos acertaron en la anticipación del sistema frontal, pero la experiencia demostró que la ciudad aún debe mejorar su capacidad de respuesta ante estos cambios.

Además, la diversidad de perspectivas sobre el fenómeno subraya la necesidad de un debate amplio y plural sobre cómo enfrentar la emergencia climática, que no solo implica adaptación técnica, sino también decisiones políticas y sociales.

En definitiva, el regreso del frío y la lluvia a Santiago no fue solo un cambio en el termómetro, sino un llamado a la reflexión sobre la relación entre la ciudad y su entorno natural, y sobre la urgencia de prepararse para un clima cada vez más impredecible.