
Un nuevo horizonte para el tratamiento del alcoholismo
El 11 de noviembre de 2025, un equipo de investigadores españoles de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) anunció el descubrimiento de una molécula, denominada MCH11, capaz de reducir el consumo y la motivación para beber alcohol en modelos preclínicos con ratones. Este hallazgo, publicado en la revista Biomedicine & Pharmacotherapy, se presenta como una potencial herramienta para enfrentar uno de los trastornos con mayor incidencia y mortalidad a nivel global, responsable de aproximadamente 2.6 millones de muertes anuales.
El sistema endocannabinoide como blanco terapéutico
El equipo liderado por el catedrático Jorge Manzanares estudió la acción de MCH11 sobre el sistema endocannabinoide, una red de señalización presente en el sistema nervioso central y tejidos periféricos, que regula sensaciones de placer, motivación y estrés, íntimamente ligadas a la adicción al alcohol. "MCH11 inhibe la enzima monoacilglicerol lipasa (MAGL), responsable de degradar la molécula 2-araquidonilglicerol (2-AG), estabilizando así el sistema endocannabinoide en personas con alcoholismo", explica Abraham Torregrosa, primer autor del estudio.
Los experimentos mostraron que MCH11 reduce el consumo voluntario de alcohol y mejora parámetros ansiolíticos y antidepresivos sin afectar la función motora ni cognitiva. Sin embargo, la respuesta difiere entre sexos: mientras en machos dosis bajas y medias son efectivas, las hembras requieren dosis más altas para lograr resultados similares.
Perspectivas y controversias: un camino aún incierto
Este descubrimiento abre un abanico de posibilidades, pero también plantea interrogantes y desafíos. Para algunos expertos, la diferencia en la respuesta farmacológica según el sexo subraya la necesidad de enfoques personalizados y estudios adicionales para garantizar la seguridad y eficacia en humanos.
Además, la combinación de MCH11 con topiramato, medicamento ya utilizado para la dependencia alcohólica, mostró mayor efectividad que la administración individual, sugiriendo que terapias combinadas podrían ser el futuro. Sin embargo, "estos resultados son preliminares y requieren validación en otros modelos animales y ensayos clínicos", advierte Manzanares.
Voces ciudadanas y sociales
En el ámbito social, la noticia ha generado esperanza en comunidades afectadas por el alcoholismo, pero también cautela. Organizaciones de salud pública y grupos de apoyo enfatizan que ningún avance farmacológico reemplaza la importancia de intervenciones integrales que incluyan apoyo psicológico, social y educativo.
Conclusiones: entre la promesa y la prudencia
El hallazgo de MCH11 representa un paso significativo en la lucha contra el alcoholismo, al identificar un nuevo mecanismo para modular el deseo de consumo. Sin embargo, la complejidad del trastorno y las diferencias biológicas entre individuos exigen un desarrollo cuidadoso y multidisciplinario.
En definitiva, la molécula MCH11 es más que un compuesto experimental: es un símbolo de la búsqueda constante por soluciones efectivas a problemas crónicos de salud pública. Su futuro dependerá no solo de la ciencia, sino también de cómo se integren sus hallazgos en políticas, prácticas clínicas y el tejido social que rodea al consumo de alcohol.
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Fuentes: WIRED (11/11/2025), Universidad Miguel Hernández de Elche, Biomedicine & Pharmacotherapy.