
El pasado 23 de septiembre de 2025, en un acto solemne en la Casa Central de la Universidad de Chile, la escritora Isabel Allende fue galardonada con la Medalla Rectoral, un homenaje que reconoce no solo su extensa trayectoria literaria, sino también el impacto social y político de su obra. Isabel Allende, la autora viva más leída en español, con 28 libros traducidos a más de 40 idiomas, recibió esta distinción en presencia de autoridades universitarias, judiciales y políticas, en un evento que congregó a diversas generaciones y sectores.
La ceremonia, presidida por la rectora Rosa Devés, no solo celebró la calidad literaria de Allende, sino que puso énfasis en el compromiso ético y social que atraviesa su obra. "En tiempos en que la libertad de expresión y la palabra auténtica conllevan cada vez más riesgos, el hablar y contar libre de Isabel Allende, acompañado de una humanidad inagotable, es lo que queremos relevar especialmente", afirmó Devés, destacando la valentía de una escritora que ha dado voz a quienes fueron silenciados y ha dignificado a los oprimidos a través de la narración.
La figura de Isabel Allende se ha convertido en un símbolo de resistencia cultural y política. Su literatura, que combina la historia latinoamericana con elementos de la ficción histórica y la memoria personal, ha sido objeto de distintos enfoques. Desde la perspectiva académica, como señaló Carolina Brncic, directora del Departamento de Literatura de la Universidad, "Las ficciones de Isabel Allende beben de lo real y se abren al desborde de la imaginación, exponiendo las luchas de sus protagonistas por autonomía en contextos opresivos". Esta mirada subraya la importancia de su obra para comprender las desigualdades sociales y los legados de las dictaduras en el Cono Sur.
Sin embargo, el reconocimiento también ha generado debates en sectores más conservadores que cuestionan la dimensión política de su narrativa y su papel como figura pública. Algunos críticos argumentan que su enfoque en temas de género y memoria histórica se inserta en una agenda ideológica que polariza a la sociedad chilena. Por otro lado, voces progresistas celebran que su escritura sea un antídoto contra el silencio impuesto por el miedo y la censura, especialmente en un contexto donde la libertad de expresión enfrenta desafíos inéditos.
En su discurso, Allende respondió a preguntas recurrentes sobre su motivación para escribir, afirmando con sencillez y pasión: "¿Por qué escribo? Porque si no escribo, se me seca el alma y me muero. Porque la materia prima es infinita y gratis: el aire está lleno de historias". Estas palabras revelan la íntima conexión entre su vida y su obra, y el valor del relato como un acto de humanidad y resistencia.
Este homenaje se inscribe además en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile, un contexto que la Universidad de Chile ha aprovechado para profundizar la educación en derechos humanos y democracia. La obra de Allende, con su enfoque en la memoria y las voces marginadas, se convierte así en un referente para entender el pasado y proyectar un futuro más inclusivo.
La entrega de la Medalla Rectoral a Isabel Allende pone en escena un enfrentamiento simbólico entre distintas visiones sobre el papel de la literatura y la memoria en la sociedad chilena. Por un lado, la celebración de una voz que desafía el olvido y la injusticia; por otro, la resistencia de quienes prefieren una narrativa menos comprometida políticamente. Esta tensión refleja la complejidad de un país que sigue buscando reconciliar su historia y construir una identidad plural.
En definitiva, la medalla no solo reconoce a una escritora, sino que abre un espacio de reflexión sobre la libertad de expresión, la función social de la literatura y el valor de contar historias que, aunque dolorosas, son necesarias para la democracia y la convivencia. La figura de Isabel Allende, con su humanidad y su compromiso, seguirá siendo un punto de referencia para quienes creen que el relato puede transformar realidades y dar voz a quienes han sido silenciados.