
La llegada del USS Gerald R Ford a aguas cercanas a Venezuela el pasado mes de noviembre marcó un punto de inflexión en la escalada de tensiones entre Caracas y Washington. Este portaaviones, el más moderno y grande del mundo, representa la mayor presencia militar estadounidense en América Latina desde la invasión a Panamá en 1989. La respuesta del gobierno venezolano no se hizo esperar: el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, anunció un 'despliegue masivo' de fuerzas terrestres, aéreas, navales, fluviales y milicias civiles, con un total cercano a 200.000 efectivos, en un intento por mostrar fuerza ante la amenaza percibida.
Sin embargo, la realidad sobre la capacidad militar venezolana es mucho más compleja y contradictoria. Expertos internacionales y exfuncionarios estadounidenses coinciden en que el ejército venezolano es una sombra de lo que fue. James Story, exembajador de EE.UU. para Venezuela, afirma que aunque existen unidades capaces, en general la fuerza de combate es limitada y enfrenta una alta tasa de deserción. Además, muchos milicianos chavistas ni siquiera están armados o entrenados adecuadamente.
El arsenal venezolano incluye aviones Sukhoi rusos, algunos F-16 estadounidenses heredados, y sistemas antiaéreos como misiles Igla-S de fabricación rusa, que según Nicolás Maduro suman 5.000 unidades. No obstante, la disponibilidad y operatividad de estos sistemas es cuestionada por analistas como Andrei Serbin Pont, quien advierte que gran parte del material está fuera de servicio o puede ser neutralizado con tecnología estadounidense. La falta de repuestos y mantenimiento limita la efectividad real de estas armas.
Un aspecto inquietante es la estrategia del gobierno chavista de dispersar armas entre la población y grupos armados, con la intención de prolongar un conflicto en caso de invasión. “El país está preparado para una guerra prolongada”, advirtió el ministro de Interior Diosdado Cabello, mientras se instruye a civiles en el uso de armamento. Esta táctica apunta a crear caos y desestabilización que dificulten cualquier transición política.
En este escenario, la oposición venezolana ha tomado posiciones claras y polémicas. Leopoldo López, ex preso político y figura emblemática de la disidencia, manifestó su respaldo a una intervención militar estadounidense para derrocar a Nicolás Maduro. En entrevista con EFE, López sostuvo que “la presión de EE.UU. es la vía correcta” y que la negociación política ha fracasado tras dos décadas. Además, comparó a Maduro con Pablo Escobar, calificándolo como un “cartel narcoterrorista” que ha secuestrado al Estado.
Esta postura refleja un profundo desencanto con la diplomacia tradicional y una apuesta por la presión externa como catalizador del cambio. López incluso avala ataques dentro del territorio venezolano contra objetivos vinculados al régimen, una opción que para muchos supone un riesgo de escalada y consecuencias imprevisibles.
Por su parte, el gobierno de Maduro continúa reforzando su narrativa de resistencia y soberanía, denunciando la presencia estadounidense como una amenaza directa a la región. La tensión se mantiene en un punto crítico, con un país dividido entre la esperanza de un cambio y el temor a un conflicto abierto.
Conclusiones
La capacidad militar real de Venezuela para resistir un eventual ataque estadounidense es limitada y enfrenta serias deficiencias operativas y logísticas. Sin embargo, la estrategia de dispersión armada y la movilización de milicias civiles indican una intención clara de prolongar el conflicto mediante tácticas de guerra irregular.
El apoyo de sectores opositores a una intervención externa añade una dimensión compleja al conflicto, evidenciando fracturas internas y la falta de consenso sobre el camino hacia la transición.
Finalmente, la situación revela una región en vilo, donde las tensiones entre grandes potencias y actores locales configuran un tablero de incertidumbre con consecuencias que van más allá de las fronteras venezolanas. En este escenario, la prudencia, el análisis crítico y la comprensión profunda de las dinámicas en juego son indispensables para evitar caer en la simplificación y el alarmismo.
Fuentes consultadas incluyen reportajes y análisis de BBC News Mundo y Cooperativa.cl, entrevistas a expertos militares y declaraciones públicas de actores clave en Venezuela y Estados Unidos.
2025-10-31