La mancha de calor en el Pacífico Norte: un fenómeno oceánico que redefine el clima global

La mancha de calor en el Pacífico Norte: un fenómeno oceánico que redefine el clima global
Medioambiente
Cambio climático
2025-11-15
Fuentes
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- Extensión sin precedentes: 8,000 kilómetros de agua anómalamente caliente.

- Impactos visibles: daños en la vida marina y alteraciones meteorológicas.

- Debate abierto: entre científicos, políticos y comunidades costeras sobre causas y soluciones.

Una mancha de calor oceánica que desafía los límites conocidos

Desde septiembre de 2025, una enorme "mancha" de calor de aproximadamente 8,000 kilómetros se extiende a lo largo del Pacífico Norte, desde la costa oeste de Estados Unidos hasta Japón. Esta masa de agua supera en temperatura a cualquier registro histórico desde fines del siglo XIX, y ha sido confirmada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) como un fenómeno sin precedentes en escala e intensidad.

Michael McPhaden, científico de la NOAA, advierte que "el Pacífico Norte se ha estado calentando más rápido que cualquier otra cuenca oceánica en la última década". Este calentamiento acelerado no sólo altera la temperatura superficial, sino que tiene ramificaciones profundas en los patrones climáticos y en la biodiversidad marina.

Perspectivas encontradas sobre un fenómeno complejo

Desde el ámbito científico, existe consenso en que esta "mancha" es resultado de la combinación entre vientos inusualmente débiles y la reducción del afloramiento de aguas frías, que normalmente refrescan la superficie oceánica. Sin embargo, la discusión se amplía al considerar la influencia directa del cambio climático global, provocado por la actividad humana.

Daniel Swain, climatólogo de la Universidad de California en Los Ángeles, señala que "si esta anomalía no se enfría pronto, podría desencadenar tormentas invernales extremas vinculadas a las corrientes oceánicas".

En contraste, algunos sectores políticos y económicos, especialmente en regiones costeras dependientes de la pesca, muestran preocupación por las implicancias socioeconómicas inmediatas y cuestionan la rapidez con que se atribuyen estas alteraciones exclusivamente a factores antropogénicos, pidiendo un análisis más matizado que considere ciclos naturales y variabilidad climática.

El impacto palpable en la vida marina y las comunidades

Ya se han documentado mortalidades masivas de aves marinas, afectación a especies como leones marinos y cambios en las poblaciones de peces a lo largo de Alaska y la costa oeste estadounidense. Heather Renner, bióloga del Refugio Nacional Marítimo de Vida Silvestre de Alaska, advierte que "muchas especies aún no se han recuperado de olas de calor anteriores, lo que pone en riesgo ecosistemas completos".

Las comunidades pesqueras y pueblos originarios que dependen del mar enfrentan una doble tragedia: la pérdida de recursos naturales y la incertidumbre sobre la sostenibilidad de sus modos de vida.

¿Una anomalía pasajera o un nuevo paradigma climático?

La esperanza científica reside en que los vientos otoñales y las primeras tormentas invernales logren mezclar las capas oceánicas, disipando la burbuja de agua caliente. Sin embargo, la frecuencia creciente de estos eventos sugiere una adaptación del sistema climático del Pacífico a un planeta más cálido.

"El Pacífico tiene fiebre, y depende de nosotros intentar curarla", resume el análisis conjunto de varios estudios recientes.

Conclusiones y consecuencias inevitables

Este fenómeno no es un simple accidente meteorológico, sino una manifestación tangible del cambio climático global con efectos que ya afectan ecosistemas, economías y sociedades. La disonancia entre perspectivas científicas, políticas y sociales refleja la dificultad de abordar problemas complejos en un contexto de urgencia y diversidad de intereses.

Lo que queda claro es que la "mancha" de calor en el Pacífico Norte ha puesto en jaque las certezas sobre el clima, obligándonos a repensar estrategias de adaptación y mitigación con la mirada puesta en un futuro donde lo extraordinario podría volverse la norma.

Fuentes: NOAA, Universidad de California en Los Ángeles, Refugio Nacional Marítimo de Vida Silvestre de Alaska, WIRED Italia.