Israel entrega cuerpos de palestinos con signos de tortura: el pulso entre la verdad y la impunidad

Israel entrega cuerpos de palestinos con signos de tortura: el pulso entre la verdad y la impunidad
Internacional
América Latina
2025-11-15
Fuentes
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- Entregas de cuerpos con evidencias de violencia extrema

- Denuncias cruzadas entre Israel y Hamas sobre responsabilidades

- Liberación de prisioneros palestinos con testimonios de tortura

Un intercambio macabro. A más de un mes del alto el fuego que puso fin a la cruenta ofensiva israelí en Gaza, Israel ha entregado a las autoridades palestinas los cuerpos de más de 120 palestinos fallecidos durante los combates. Sin embargo, la recepción de estos restos ha desatado una tormenta de denuncias y cuestionamientos que exponen la crudeza del conflicto y la dificultad de encontrar una verdad incontestable.

Los médicos del hospital Nasser, en Khan Younis, al sur de Gaza, han hecho público que los cuerpos presentan signos evidentes de tortura y ejecuciones extrajudiciales: ojos vendados, esposas, heridas de bala en la cabeza y marcas de golpes. "Casi todos tenían los ojos vendados, estaban atados y tenían disparos entre los ojos. Casi todos habían sido ejecutados", declaró el Dr. Ahmed al-Farra, jefe del departamento de pediatría. Estas afirmaciones, recogidas por medios como Al Jazeera y The Guardian, se suman a un cuadro de violencia que va más allá de las bajas en combate.

Por su parte, Israel sostiene que los cuerpos corresponden a militantes palestinos muertos en enfrentamientos o durante la ofensiva, y que las acusaciones de tortura y ejecuciones son difíciles de verificar en un escenario de guerra. El gobierno israelí ha mantenido la posición de que actúa conforme a las normas internacionales, aunque reconoce que la identificación de los cuerpos es limitada y que algunos pueden haber sido víctimas de violencia interna en Gaza o de la propia guerra.

Este episodio se inserta en un complejo acuerdo de alto el fuego negociado con la mediación estadounidense, que incluyó la entrega de rehenes israelíes vivos y fallecidos por parte de Hamas, y la devolución de cuerpos palestinos por parte de Israel. En paralelo, Israel ha liberado a casi 2.000 prisioneros palestinos en varias tandas, incluyendo a personas detenidas en régimen de detención administrativa, sin juicio, y a quienes denuncian haber sufrido torturas y malos tratos en las cárceles israelíes.

Una voz que emerge desde Ramala es la de Faisal Jalifa, liberado tras cumplir diez años de una condena de 25, quien relata "Nos golpearon brutalmente, nos esposaron, nos dejaron bajo el sol durante 12 horas, y nos impedían comer, beber e ir al baño". Estas denuncias, recogidas por la BBC, contrastan con la negación oficial israelí y evidencian la persistencia de abusos en un sistema carcelario marcado por la guerra.

El contraste entre las narrativas israelí y palestina refleja un pulso donde la verdad se fragmenta en medio de la violencia y la desconfianza. Para los palestinos, la devolución de cuerpos sin identificación ni respeto a los protocolos humanitarios es un nuevo sufrimiento infligido a las familias. Para Israel, la seguridad y la lucha contra el terrorismo justifican medidas que para otros son violaciones de derechos humanos.

Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación la escalada de tensiones en Cisjordania, donde la expansión de asentamientos y la ocupación israelí profundizan el desplazamiento y la desesperanza de la población palestina. El reconocimiento reciente de un Estado palestino por parte de varios países europeos no ha cambiado el terreno, donde la violencia y la represión continúan.

Esta historia, lejos de cerrarse, deja al descubierto la tragedia humana detrás de las cifras y los acuerdos. La entrega de cuerpos mutilados y torturados es un recordatorio brutal de que la guerra no solo destruye vidas, sino también la posibilidad de reconciliación y justicia.

En definitiva, las denuncias de tortura tanto en las cárceles israelíes como en los cuerpos devueltos evidencian una espiral de violencia que dificulta la construcción de confianza y la búsqueda de una solución política duradera. La impunidad y el dolor se entrelazan, y el futuro inmediato se presenta sombrío para una región que ha visto demasiadas tragedias sin resolución.

Las voces de las víctimas, de médicos, familias y sobrevivientes, son un llamado urgente a mirar más allá de las narrativas oficiales y a exigir transparencia, respeto a los derechos humanos y un compromiso real con la paz.

Fuentes: BBC News Mundo, Al Jazeera, The Guardian, La Tercera.