
El terremoto electoral en Argentina ha dejado secuelas palpables en los mercados financieros internacionales. El pasado 22 de octubre de 2025, La Libertad Avanza (LLA), el partido del presidente Javier Milei, obtuvo una mayoría legislativa del 40,8%. El impacto inmediato fue una explosión de optimismo en los activos argentinos, tanto en Wall Street como en la bolsa local de Buenos Aires.
En la apertura bursátil, el índice Merval saltó un 21%, con Metrogas liderando las alzas con un avance del 29%. Simultáneamente, los bonos soberanos bajo ley neoyorquina se apreciaron hasta un 25%. Por su parte, en Wall Street, los ADR (American Depositary Receipts) de 19 firmas argentinas experimentaron subidas de hasta el 40%, destacándose BBVA Argentina y Banco Macro con un alza del 42%.
Ignacio Mieres, jefe de análisis de XTB Latam, explicó: 'Este resultado reduce la incertidumbre de corto plazo respecto a la continuidad de las medidas pro-mercado impulsadas por el actual Gobierno, reforzando la confianza de los inversores.'
Pero la euforia no es unánime y las voces críticas no tardaron en manifestarse. Desde sectores políticos opositores en Argentina, se advierte sobre los riesgos de un gobierno con mayoría legislativa que podría acelerar reformas disruptivas sin consenso. En Chile, la reacción es ambivalente: mientras algunas empresas con exposición a Argentina celebran ganancias de hasta un 6% en sus acciones, analistas advierten sobre la volatilidad inherente a un escenario político que aún genera incertidumbre regional.
Desde la mirada social, organizaciones civiles y expertos alertan sobre la necesidad de evaluar el impacto que las políticas de Milei podrían tener en la desigualdad y estabilidad social, recordando que la bonanza financiera no siempre se traduce en bienestar para la población.
En términos geopolíticos, la victoria de Milei abre interrogantes sobre la relación de Argentina con Estados Unidos y el FMI. Según fuentes diplomáticas citadas por Financial Times, el respaldo estadounidense podría intensificarse, condicionado a la continuidad de las políticas económicas liberales y el manejo del mercado cambiario, donde el gobierno ya ha invertido US$ 1.000 millones para estabilizar el peso.
La visita próxima de Milei a Nueva York, en medio de la Asamblea General de Naciones Unidas, será un momento clave para medir el apoyo internacional y definir la hoja de ruta económica y política.
¿Qué conclusiones podemos extraer de este fenómeno? Primero, que la política y economía de Argentina están en un punto de inflexión que trasciende sus fronteras, afectando mercados y actores regionales. Segundo, que la euforia financiera debe ser leída con cautela, considerando la complejidad social y política detrás de los números.
Finalmente, este episodio confirma que las dinámicas latinoamericanas son impredecibles y que la interdependencia económica obliga a los países vecinos, como Chile, a prepararse para escenarios de alta volatilidad y a fortalecer sus estrategias de diversificación y mitigación de riesgos.
Este es un desenlace que invita a reflexionar sobre los límites del optimismo financiero frente a la realidad política y social, y sobre cómo la región enfrentará los desafíos que esta nueva etapa en Argentina plantea.