
La inhabilitación de Ximena Rincón para repostular al Senado en el Maule ha marcado un episodio decisivo en la campaña parlamentaria y presidencial de la centroizquierda chilena. El Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) confirmó a fines de septiembre que la candidatura de Rincón no cumplía con los requisitos legales, lo que derivó en su exclusión. Este fallo no solo alteró el tablero electoral regional, sino que desató una confrontación pública entre sectores del oficialismo y la oposición, con acusaciones cruzadas sobre la legitimidad y motivaciones detrás del proceso judicial.
Desde el Partido Socialista, Paulina Vodanovic defendió la actuación del oficialismo y negó cualquier conspiración política. “Esto no es una persecución política, sino el ejercicio legítimo de una acción judicial para que el Tricel calificara la candidatura, y la candidatura de ella no califica”, afirmó, enfatizando que la responsabilidad recae en la propia Rincón y su partido por inscribir una candidatura que no cumplía con los requisitos.
En contraste, desde Chile Vamos y el Partido Demócrata se denunció una operación política para sacar a Rincón de la contienda, acusando al oficialismo de buscar ventajas electorales a través del tribunal.
Este episodio ha tenido un impacto palpable en la región del Maule, donde la derecha aspiraba a obtener una mayoría parlamentaria y la exclusión de Rincón cambia las expectativas de la disputa. Sin embargo, Vodanovic relativiza las predicciones, señalando que la realidad regional es compleja y que los resultados electorales son difíciles de anticipar con certeza.
Simultáneamente, la campaña presidencial oficialista enfrenta sus propios desafíos. Jeannette Jara, candidata de la coalición, ha sido objeto de críticas por su desempeño en debates y por las tensiones internas que surgen al representar a un conglomerado diverso que incluye desde el Partido Comunista hasta el PS.
Vodanovic la defendió vehementemente: “Jeannette es una buena persona, transparente, que no actúa ni juega un rol. La gracia de Jeannette es que es ella misma”, y advirtió contra la tentación de convertirla en un producto artificial para la campaña.
La unidad dentro de la coalición oficialista también ha sido puesta a prueba. Las diferencias internas, especialmente con el PC y su timonel Lautaro Carmona, han sido visibles, pero según Vodanovic, la candidata ha logrado imponer una línea de consenso en temas clave, desde economía hasta política internacional.
Esto ha permitido mantener las tensiones dentro del ámbito interno sin que se desborden al debate público, un equilibrio delicado en la antesala de la elección.
Por otro lado, la oposición observa con atención este escenario fragmentado y busca capitalizar las dificultades internas del oficialismo. La derecha enfrenta sus propias divisiones, pero la exclusión de Rincón y la defensa cerrada del PS a Jara evidencian que la centroizquierda no está exenta de conflictos.
¿Qué se puede concluir de este episodio?
Primero, que la institucionalidad electoral sigue siendo un árbitro clave, aunque no exento de controversias políticas. La aplicación rigurosa de la ley electoral puede tener consecuencias profundas en la configuración política regional y nacional.
Segundo, que las coaliciones amplias enfrentan desafíos intrínsecos para mantener unidad y coherencia, especialmente cuando deben equilibrar autenticidad personal y estrategias electorales.
Finalmente, que la política chilena continúa siendo un espacio de confrontación intensa, donde las disputas legales y mediáticas se entrelazan y moldean el rumbo de las elecciones. Para el electorado, este escenario demanda un análisis crítico y contextualizado, más allá de la inmediatez de las noticias, para comprender las fuerzas en juego y sus implicancias para el futuro del país.
Fuentes: La Tercera (21/09/2025), declaraciones de Paulina Vodanovic y análisis electorales regionales.
2025-11-11