Trump intensifica su presión sobre Venezuela: ¿Una amenaza con consecuencias incalculables?

Trump intensifica su presión sobre Venezuela: ¿Una amenaza con consecuencias incalculables?
Internacional
América Latina
2025-11-15
Fuentes
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- Amenaza directa de Donald Trump a Venezuela para aceptar deportaciones.

- Movilización militar en el Caribe como parte de la estrategia de presión.

- División política y social en torno al impacto y legitimidad de esta política.

En septiembre de 2025, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump lanzó una amenaza pública contra el gobierno de Nicolás Maduro, exigiendo que Venezuela acepte la deportación inmediata de ciudadanos venezolanos, incluidos criminales y pacientes psiquiátricos, desde territorio estadounidense. A través de su cuenta en Truth Social, Trump afirmó que estas personas han causado graves daños en EE.UU. y advirtió que, si no son aceptados, Venezuela enfrentará un "precio incalculable". Esta declaración no fue un hecho aislado, sino el punto culminante de una escalada que incluyó la movilización de buques de guerra y aviones F-35 en el Caribe durante agosto, además de la interceptación de embarcaciones vinculadas al narcotráfico provenientes de Venezuela.

El choque de discursos: seguridad versus soberanía

Desde la administración estadounidense, la acción se ha justificado bajo la bandera del combate contra el narcotráfico y la delincuencia organizada. “No nos gusta lo que Venezuela nos está mandando: ni sus drogas ni sus pandilleros. No nos gusta nada”, dijo Trump semanas antes de la amenaza, marcando una línea dura que busca responsabilizar directamente al gobierno venezolano por problemas internos de seguridad en Estados Unidos.

Por otro lado, el gobierno de Maduro y sus aliados denuncian estas medidas como una agresión injerencista que busca desestabilizar la región y justificar acciones militares. Desde Caracas, se sostiene que la crisis migratoria y social es producto de sanciones y bloqueos económicos, no de una supuesta complicidad con el crimen transnacional.

Perspectivas regionales y sociales: voces enfrentadas

En América Latina, la reacción ha sido diversa. Algunos gobiernos aliados a Venezuela critican la escalada de EE.UU., alertando sobre el riesgo de una crisis humanitaria agravada por deportaciones masivas. Otros países, preocupados por la seguridad regional y el flujo migratorio, muestran simpatías por la postura estadounidense, aunque sin apoyar abiertamente la retórica de Trump.

En la sociedad civil, organizaciones de derechos humanos advierten sobre el impacto que estas deportaciones tendrían en personas vulnerables, especialmente en pacientes psiquiátricos y migrantes en situación irregular. “No se puede tratar a las personas como moneda de cambio en conflictos políticos”, señala una representante de Amnistía Internacional en la región.

Consecuencias visibles y lecciones a mediano plazo

A dos meses de la amenaza, el saldo es una región más tensionada y polarizada. No se ha registrado la aceptación formal por parte de Venezuela para recibir deportados, ni un cambio significativo en la política estadounidense más allá de la retórica y despliegues militares. Sin embargo, la presión ha influido en debates sobre migración, seguridad y soberanía en foros multilaterales.

Este episodio revela la complejidad de las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, donde la seguridad nacional se entrecruza con derechos humanos y dinámicas geopolíticas. La amenaza de Trump, lejos de resolverse, ha dejado en evidencia la fragilidad de los mecanismos diplomáticos y la dificultad de encontrar soluciones que consideren tanto la justicia como la dignidad de las personas afectadas.

El desafío para la región será, en adelante, gestionar estas tensiones sin caer en la escalada irreversible, promoviendo diálogo y cooperación que permitan atender las causas profundas del conflicto y no solo sus síntomas más visibles.