
A un mes de la elección presidencial, el tablero político chileno muestra signos claros de consolidación de candidaturas, pero también de tensiones y desafíos que podrían definir el resultado final. Según la encuesta Criteria realizada entre el 15 y 17 de septiembre, Jeannette Jara, candidata oficialista y exministra del Trabajo, lidera con un 29% de las preferencias. Sin embargo, esta ventaja no es definitiva ni cómoda: Evelyn Matthei, exalcaldesa y candidata de la oposición, subió tres puntos y alcanza un 16%, consolidándose como la principal alternativa a Jara. En contraste, José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, muestra un estancamiento con un 25%, perdiendo dos puntos respecto a mediciones anteriores.
Este escenario abre un juego de tensiones que no solo enfrenta a los candidatos, sino que pone en evidencia las fracturas y alianzas en la sociedad chilena. Por un lado, la candidatura oficialista de Jara representa la continuidad y la apuesta por un proyecto político que busca mantener la agenda social y económica iniciada por el gobierno de Gabriel Boric. Por otro, Matthei capitaliza el descontento opositor y ciertos sectores moderados que buscan un cambio sin volver a posiciones extremas.
Desde la derecha más dura, Kast ve cómo su base se mantiene, pero sin crecer, lo que podría reflejar un desgaste de su discurso en un electorado que busca alternativas más moderadas o pragmáticas.
“La elección no está definida, pero la tendencia muestra un escenario de segunda vuelta entre Jara y Matthei, con Kast perdiendo terreno,” comenta el analista político José Miguel Ahumada, quien destaca la importancia de los próximos debates y campañas territoriales para inclinar la balanza.
En cuanto a la segunda vuelta, la encuesta también plantea escenarios interesantes: Jara perdería frente a Kast con un 35% contra 46%, pero ganaría a Matthei con un 36% contra 41%. Estos datos sugieren que la fragmentación del voto de derecha podría jugar un rol decisivo, mientras que la izquierda oficialista debe ampliar su base para evitar sorpresas.
Desde las regiones, la percepción es diversa. En el norte, sectores productivos y mineros muestran preferencia por Matthei, vinculada a una visión más liberal en lo económico. En el sur, Jara mantiene fuerte arraigo por su vínculo con sindicatos y movimientos sociales. Kast, en tanto, mantiene su base en zonas rurales y sectores conservadores, aunque con límites claros para crecer.
En las calles, la ciudadanía expresa una mezcla de esperanza, incertidumbre y cansancio. “Queremos un cambio real, pero también estabilidad; no sabemos si Jara o Matthei pueden lograrlo,” dice María González, profesora de Valparaíso.
Finalmente, la desaprobación al gobierno de Boric ha descendido ligeramente, con un 57% de desaprobación y 32% de aprobación, lo que puede influir en la percepción sobre Jara como su continuadora. Esta dinámica añade una capa más de complejidad al escenario electoral.
Conclusiones:
- La contienda presidencial se perfila como un duelo entre continuidad y cambio moderado, con un tercer actor que pierde fuerza.
- La fragmentación del electorado y la diversidad regional son factores clave para entender las posibilidades de cada candidato.
- La evolución de las campañas, debates y la movilización ciudadana en las próximas semanas serán decisivas para definir el rumbo.
Este escenario invita a mirar más allá de los números inmediatos y a comprender las tensiones profundas que atraviesan la política chilena, donde cada voto refleja no solo preferencias personales, sino también expectativas y temores de una sociedad en transformación.