
En las últimas semanas, el anuncio de Amazon sobre la reducción de aproximadamente 14.000 puestos de trabajo ha encendido las alarmas en el mundo laboral y tecnológico. La empresa, junto a otras compañías de alta tecnología, ha señalado a la inteligencia artificial (IA) como una de las razones detrás de esta ola de despidos. Sin embargo, a más de dos semanas de ocurrido el anuncio, la realidad muestra una historia más matizada y compleja.
Desde la mirada oficial de Amazon, la IA es la llave para una "organización más austera" que permita aprovechar nuevas oportunidades. "La IA por sí sola no vale si no somos capaces de transmitir información a partir de las decisiones que tomamos", explicó Jaime Miranda, experto en sistemas y negocios digitales, recordando que la tecnología es una herramienta y no un fin en sí misma.
No obstante, voces académicas y analistas del mercado laboral advierten que los despidos recientes no pueden atribuirse exclusivamente a la adopción de IA. Martha Gimbel, directora del Budget Lab en Yale, subraya que "los patrones de contratación y despido observados son consistentes con ciclos económicos típicos, más que con un efecto disruptivo tecnológico inmediato". Es decir, la subida de las tasas de interés y la corrección tras contrataciones masivas en la pandemia prepararon el terreno para estos recortes.
Morgan Frank, investigador de la Universidad de Pittsburgh, aporta un análisis sectorial: "Los únicos afectados inmediatamente tras el lanzamiento de ChatGPT fueron trabajadores administrativos y de apoyo, mientras que los perfiles técnicos no muestran cambios sustanciales". Esto confirma que el impacto de la IA es desigual y no universal.
Amazon, por su escala y naturaleza, es una de las compañías que más rápido puede automatizar funciones, lo que explica en parte la magnitud y velocidad de sus recortes. Lawrence Schmidt, profesor del MIT, afirma que "no es descabellado pensar que Amazon prefiera eliminar ciertos puestos o evitar nuevas contrataciones en áreas susceptibles de automatización". Sin embargo, también destaca que esto implicará una reasignación de personal, no necesariamente una reducción neta definitiva.
Este fenómeno se replica en otras grandes tecnológicas, que han ajustado sus plantillas luego de un periodo de expansión acelerada durante la pandemia, cuando la baja en las tasas de interés y la demanda de servicios digitales llevaron a contrataciones masivas.
Desde el punto de vista de los trabajadores, la narrativa es ambivalente. Por un lado, hay temor y ansiedad ante la posibilidad de ser reemplazados por máquinas o algoritmos; por otro, existe una conciencia creciente sobre la necesidad de adaptarse y adquirir nuevas habilidades digitales.
En Chile, expertos en educación y formación profesional insisten en que la clave está en la capacitación continua y en entender que "la IA es la crema del postre, pero lo básico es la digitalización". Esto sugiere que la transformación laboral no es solo tecnológica, sino también cultural y educativa.
Tras analizar múltiples fuentes y perspectivas, se puede constatar que:
- La inteligencia artificial está influyendo en la reconfiguración del empleo, especialmente en sectores tecnológicos y administrativos, pero no es la única ni la principal causa de los despidos masivos recientes.
- Los ciclos económicos, cambios en las políticas monetarias y correcciones postpandemia juegan un rol fundamental en la dinámica laboral actual.
- El futuro del trabajo demanda una combinación de adaptación tecnológica y formación continua, para que los trabajadores no queden rezagados ante la automatización.
En definitiva, la IA es un actor relevante, pero no un verdugo único. La tragedia del empleo masivo en Amazon y similares no es un espectáculo de un solo acto, sino una obra compleja con múltiples protagonistas y causas entrelazadas. El desafío para la sociedad y las políticas públicas es entender esta complejidad y preparar a los trabajadores para un escenario en constante evolución.