El conflicto Israel-Hamas tras dos años: un balance doloroso y sin tregua clara

El conflicto Israel-Hamas tras dos años: un balance doloroso y sin tregua clara
Internacional
Medio Oriente
2025-11-15
Fuentes
www.latercera.com elpais.com cooperativa.cl cambio21.cl www.latercera.com www.latercera.com www.bbc.com cooperativa.cl www.latercera.com www.latercera.com ellibero.cl www.latercera.com cnnespanol.cnn.com www.latercera.com

- Más de 75 mil muertos: la cifra real de víctimas palestinas supera los reportes oficiales.

- Impactos desiguales: Israel también registra miles de bajas y decenas de rehenes.

- Diplomacia estancada: veto estadounidense y división internacional mantienen el conflicto activo.

Desde el estallido de la ofensiva israelí en Gaza en agosto de 2023, el escenario se ha transformado en una tragedia humana de dimensiones colosales y en un tablero político donde las tensiones internacionales y locales se han exacerbado sin señales claras de resolución.

El 11 de agosto de 2023 Israel inició una incursión terrestre en Gaza con el objetivo declarado de neutralizar a Hamas, el movimiento que controla el enclave. En las semanas siguientes, la cifra oficial de muertos palestinos ascendió a casi 65 mil, según el Ministerio de Salud de Gaza, una cifra que ya impactaba por su magnitud y que se fue incrementando durante los meses siguientes.

Sin embargo, un estudio independiente dirigido por Michael Spagat, investigador del Royal Holloway College de la Universidad de Londres, junto al Centro Palestino de Investigación Política y Encuestas (PCPSR), reveló que las muertes directas podrían superar las 75 mil entre octubre de 2023 y enero de 2025. Esta cifra, difundida por medios como Deutsche Welle, pone en perspectiva la gravedad del conflicto y la dificultad para obtener datos precisos en zonas de guerra.

En el lado israelí, el impacto también ha sido severo. Desde el ataque inicial de Hamas el 7 de octubre de 2023, Israel ha sufrido más de mil muertes civiles y cerca de 900 soldados fallecidos. Además, la crisis de los rehenes ha marcado un capítulo dramático: de los 251 israelíes capturados, se estima que menos de la mitad sobreviven, mientras que otros han sido liberados o rescatados.

Esta dualidad de víctimas refleja la complejidad del conflicto, que no sólo es una confrontación militar, sino también una guerra de narrativas y legitimidades. En Israel, el gobierno sostiene que la ofensiva es una cuestión de seguridad nacional y supervivencia frente a un enemigo que utiliza a civiles como escudos. En Gaza, la población civil vive bajo un bloqueo estricto y bombardeos constantes, lo que ha generado condenas internacionales y acusaciones de crímenes de guerra.

La diplomacia internacional ha estado marcada por la parálisis. Estados Unidos ha vetado repetidamente resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU que piden un alto el fuego, argumentando la necesidad de garantizar la seguridad israelí y cuestionando la credibilidad de informes que denuncian genocidio. Esta postura ha generado críticas desde países árabes, Europa y organizaciones de derechos humanos, que exigen un cese inmediato de las hostilidades.

En la región, la ofensiva ha reavivado viejas heridas y tensiones. Países vecinos han mostrado solidaridad con la población palestina, mientras que otros han reforzado sus lazos con Israel, evidenciando la fragmentación política y geopolítica que dificulta cualquier avance hacia la paz.

Desde la sociedad civil, las voces son diversas y a menudo contrapuestas. Mientras algunos sectores israelíes apoyan la línea dura del gobierno, otros llaman a la moderación y al diálogo. En Gaza y entre la diáspora palestina, el sufrimiento ha provocado tanto resignación como resistencia.

Tras más de dos años de conflicto, las consecuencias visibles son devastadoras: miles de muertos, desplazados, infraestructuras destruidas y un ciclo de violencia que parece no tener fin. La falta de avances diplomáticos y la persistencia de discursos maximalistas mantienen la región en un estado de guerra larvada.

En definitiva, la historia reciente de Israel y Gaza no es solo un relato de cifras y estrategias militares, sino una tragedia humana compleja que desafía a la comunidad internacional a repensar sus enfoques y compromisos. La búsqueda de una solución duradera exige no solo negociaciones políticas, sino también un reconocimiento profundo de las heridas y aspiraciones de ambos pueblos.

Como lectores, queda la tarea de mirar más allá de los titulares inmediatos y comprender que detrás de cada número hay vidas truncadas, y que la paz, aunque esquiva, es el único camino que puede romper este ciclo de dolor.