Presupuesto 2026 en Chile: Entre ajustes fiscales y promesas de crecimiento

Presupuesto 2026 en Chile: Entre ajustes fiscales y promesas de crecimiento
Economía
Macroeconomía
2025-11-16
Fuentes
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- Déficit estructural persistente y dudas sobre la precisión de las proyecciones fiscales.

- Incrementos focalizados en seguridad, pensiones y vivienda, con ausencia de holgura para el próximo gobierno.

- Debate político intenso entre senadores que refleja visiones contrapuestas sobre prioridades y realismo económico.

Un presupuesto con la espada de Damocles fiscal sobre la mesa. Así se presentó el proyecto de Presupuesto 2026 ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos, que desde hace semanas ha sido escenario de un duelo de visiones entre parlamentarios y el Ejecutivo.El ministro de Hacienda, Nicolás Grau, expuso el 1 de octubre de 2025 que el país enfrenta "los dos desafíos centrales del gobierno: los desequilibrios fiscales internos y externos y la baja del crecimiento económico". En este marco, el presupuesto crece un modesto 1,7%, con aumentos destacados en seguridad pública (16,7%), vivienda (37%) y pensiones (55%).

Pero lo que más ha marcado el debate es la ausencia de una glosa republicana —esa partida reservada para que el próximo gobierno reorganice recursos según sus prioridades—, dejando un margen estrecho para maniobrar.

El coliseo parlamentario se encendió con las intervenciones. Juan Antonio Coloma alertó sobre la "visión exitista" del Ejecutivo y cuestionó la fiabilidad de las cifras de déficit estructural, que según él, se mantienen en un 2,2% y afectan la seriedad del debate. David Sandoval añadió que "hay profundas dudas en todos los sectores sobre los déficits fiscales y el real tamaño de la deuda pública", y criticó la inédita intromisión presidencial en la discusión presupuestaria en un contexto electoral.

Por otro lado, voces como la de Ricardo Lagos Weber valoraron el esfuerzo para contener la hacienda pública y señalaron que "las cosas están mejor de lo que se vaticinaba", llamando a centrar el debate en la gestión y eficiencia de los recursos más que en la glosa republicana.

En el foco también están las regiones. La senadora Yasna Provoste planteó la necesidad de que el presupuesto contemple inversiones reales y participación vinculante para localidades como Diego de Almagro, cuestionando la insistencia en recortes fiscales que podrían ahogar el empleo y el desarrollo territorial.

En cuanto al crecimiento y empleo, el senador Rodrigo Galilea expresó su preocupación por las cifras oficiales que apuntan a un crecimiento del PIB entre 1,8 y 2%, por debajo de la tendencia mundial, y discrepancias en la creación de empleo, que según él, no concuerdan con la realidad regional.

La senadora Ximena Rincón, presidenta de la Comisión, cerró con un llamado a revisar cuidadosamente los datos de deuda neta y crecimiento, destacando que "este país no está normalizado en su crecimiento y las tasas de informalidad y desempleo son preocupantes".

¿Qué se puede concluir de este pulso?

Primero, que el presupuesto 2026 refleja un país en tensión fiscal, con ajustes que buscan contener gastos sin descuidar sectores sociales sensibles, pero sin dejar espacio para holguras que permitan flexibilidad al próximo gobierno.

Segundo, que la fragmentación política y las distintas lecturas sobre la realidad económica evidencian una falta de consenso que dificulta planificar a mediano plazo, especialmente en un contexto de incertidumbre electoral.

Finalmente, que las regiones y la ciudadanía demandan una mirada más inclusiva y realista, que no solo se centre en números macroeconómicos sino en cómo estos se traducen en oportunidades concretas para el desarrollo y la calidad de vida.

En definitiva, la historia del Presupuesto 2026 es la de un país que busca equilibrio entre prudencia fiscal y promesas sociales, pero que enfrenta un escenario complejo donde cada cifra y cada decisión se convierten en una batalla en el coliseo político chileno.