
El 15 de septiembre de 2025 marcó un antes y un después en la carrera política de la senadora Ximena Rincón, presidenta del partido Demócratas. El Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) resolvió dejar fuera de la papeleta senatorial a Rincón, tras acoger un requerimiento que argumentaba que había cumplido dos periodos consecutivos en el Senado, imposibilitándola legalmente para postular a un tercero. Esta decisión revocó la inscripción previa otorgada por el Servicio Electoral (Servel) y se sumó a un contexto político ya convulsionado por la disputa electoral en la Región del Maule.
Un fallo que divide aguas
La sentencia del Tricel encendió una controversia que rápidamente trascendió lo jurídico para convertirse en un choque político de alta intensidad. Rincón, quien transitó desde la centroizquierda hasta integrarse al oficialismo de Chile Vamos, denunció una conspiración política desde las más altas esferas del gobierno. “Esto se craneó desde la oficina del ministro del Interior Álvaro Elizalde”, afirmó, apuntando directamente a la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, y al abogado Gabriel Osorio, quienes lideraron el requerimiento contra su candidatura.
Por su parte, Vodanovic respondió con dureza, criticando la victimización de Rincón y señalando que la senadora, como abogada, debía conocer la ley y que la responsabilidad era exclusivamente suya. “Lo que corresponde es que la senadora haga una autocrítica”, dijo en una entrevista, mientras que Tomás Hirsch, presidente de Acción Humanista, respaldó la legalidad del fallo y cuestionó la narrativa de conspiración.
La Democracia Cristiana, partido del que Rincón fue militante, también se distanció de ella. La secretaria general Alejandra Krauss calificó sus declaraciones como “tendenciosas” y defendió el procedimiento legal, mientras que el senador Francisco Huenchumilla lamentó la falta de autocrítica y defendió el funcionamiento institucional.
Dentro de Chile Vamos, un respaldo con matices
Aunque los presidentes de partidos de Chile Vamos manifestaron públicamente su apoyo a Rincón, internamente la situación generó tensiones. El presidente de Evópoli, Juan Manuel Santa Cruz, la acompañó en su reacción pública, pero voces al interior de su partido criticaron la decisión de inscribirla pese a las dudas jurídicas previas. Francesca Parodi, exsecretaria general de Evópoli, calificó la inscripción como un error y advirtió que la coalición arriesgó un escaño senatorial por esta decisión.
El diputado Jorge Guzmán coincidió, señalando que la exclusión de Rincón debilita las opciones de Chile Vamos en el Senado por el Maule. Por su parte, Evelyn Matthei, candidata presidencial de la coalición, lamentó la exclusión pero reafirmó su respeto por las instituciones.
La reinvención política de Rincón
Tras la exclusión, Rincón se integró de lleno al comando de Matthei, asumiendo un rol activo en la campaña presidencial y en la promoción de otros candidatos de Demócratas, especialmente su compañero de lista Ian Mac Niven. Su salida de la papeleta no fue sólo un golpe personal, sino que reordenó el tablero político en el Maule y en la coalición.
Un escenario electoral reconfigurado
La decisión del Tricel no solo puso fin a la candidatura de una figura política con fuerte arraigo regional y nacional, sino que también evidenció las profundas fracturas y tensiones que atraviesan las coaliciones políticas chilenas. La disputa no se limitó a los argumentos jurídicos, sino que expuso un choque de narrativas entre un oficialismo que buscaba limitar la competencia y una oposición que denunció una maniobra política para cerrar espacios.
En este escenario, la figura del exdiputado Gabriel Ascencio, quien emitió el voto dirimente para excluir a Rincón, fue objeto de críticas por sus posturas previas en redes sociales, lo que añadió un elemento de controversia adicional.
Conclusiones y consecuencias
La exclusión de Ximena Rincón representa un punto de inflexión en la política chilena de cara a las elecciones de noviembre de 2025. El fallo del Tricel, ajustado a derecho según expertos y parte de la institucionalidad, no logró evitar que la disputa se politizara y se convirtiera en un episodio de alta conflictividad. La situación desnuda las complejidades de la legislación electoral y sus interpretaciones, así como las estrategias políticas que buscan aprovechar estos vacíos.
Para Chile Vamos, la pérdida de una carta competitiva en el Maule obliga a repensar su estrategia electoral y fortalecer a sus candidatos restantes. Para el oficialismo, la maniobra judicial fue una victoria, pero también un riesgo de desgaste político por la percepción de manipulación.
Finalmente, esta historia deja al descubierto la tensión entre la legalidad y la política, la importancia de la anticipación estratégica en las candidaturas y la fragilidad de las alianzas en un Chile que sigue navegando en aguas turbulentas hacia sus elecciones.
Fuentes: La Tercera, Cooperativa.cl, Cambio21, declaraciones oficiales de los protagonistas, análisis jurídico-electoral.