Corea del Norte intensifica la represión con ejecuciones por compartir contenido extranjero: una estrategia de control total

Corea del Norte intensifica la represión con ejecuciones por compartir contenido extranjero: una estrategia de control total
Internacional
Asia
2025-11-16
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- Ejecuciones públicas por ver y difundir series extranjeras

- Ley y vigilancia extrema desde 2015, con endurecimiento tras 2020

- Impacto social profundo en una sociedad aislada y vigilada

Una sombra de miedo y control absoluto se cierne sobre Corea del Norte. Desde 2015, el régimen de Kim Jong-un ha implementado una serie de leyes que castigan con la pena de muerte la simple acción de compartir o consumir contenido audiovisual extranjero, especialmente dramas surcoreanos. Esta escalada represiva, denunciada en un informe exhaustivo de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU publicado en septiembre, revela un país donde la vigilancia tecnológica y la brutalidad estatal han alcanzado niveles inéditos.

La represión como espectáculo y advertencia

Las ejecuciones públicas mediante pelotones de fusilamiento se han convertido en una herramienta para infundir terror y disuadir a la población de infringir las estrictas prohibiciones. Testimonios recogidos por la ONU, entre ellos el de Kang Gyuri, una joven que escapó en 2023, describen juicios sumarios donde condenan a muerte a personas por delitos equivalentes a narcotráfico: compartir una serie de televisión extranjera.

"Lo juzgaron junto con narcotraficantes. Ahora estos delitos reciben el mismo trato", relata Kang, evidenciando la criminalización extrema de actos que en otras latitudes serían considerados expresiones culturales o de consumo mediático.

La vigilancia como instrumento de control total

La ONU documenta cómo el Estado norcoreano ha ampliado su control a todos los aspectos de la vida cotidiana, desde inspecciones sin previo aviso en hogares hasta la participación obligatoria en sesiones semanales de autocrítica. Estas prácticas buscan no solo castigar sino también adoctrinar y mantener una vigilancia colectiva que elimina cualquier atisbo de disidencia o insatisfacción.

James Heenan, jefe de derechos humanos para Corea del Norte en la ONU, subraya que "los ciudadanos han sido sometidos a una mayor vigilancia y control en todos los aspectos de la vida", con un notable aumento de ejecuciones desde las restricciones impuestas durante la pandemia de Covid-19.

Perspectivas encontradas: control estatal versus derechos humanos

Desde la óptica del régimen, estas medidas se justifican como necesarias para preservar la seguridad nacional y proteger la ideología socialista frente a influencias extranjeras consideradas "antisocialistas". La censura y el castigo buscan evitar que la población acceda a información que pueda cuestionar o debilitar la legitimidad del Estado y la dinastía Kim.

En contraste, organismos internacionales y activistas denuncian una violación flagrante y sistemática de derechos humanos, destacando que ninguna otra población en el mundo enfrenta restricciones tan severas en el acceso a la información y la libertad de expresión. La represión no solo limita la cultura y el conocimiento, sino que perpetúa una atmósfera de miedo que afecta profundamente la vida social y psicológica de los norcoreanos.

Consecuencias visibles y verdades ineludibles

Este informe no solo documenta hechos sino que pone en evidencia las consecuencias de un modelo político que utiliza la represión extrema para sostenerse. La pena de muerte aplicada a la difusión cultural extranjera refleja un régimen que teme a la comparación y a la apertura.

La combinación de leyes represivas, vigilancia tecnológica y ejecuciones públicas ha consolidado un sistema donde la libertad es un concepto ajeno y el miedo, un instrumento cotidiano. Las voces de quienes han escapado revelan un país donde la información se convierte en un delito y el control estatal en una tragedia humana.

En definitiva, la historia de Corea del Norte hoy es un recordatorio brutal de los límites a los que puede llegar un Estado cuando decide anular la autonomía y los derechos fundamentales de sus ciudadanos para mantener un poder absoluto.