
Un duelo en pausa, una tercera fuerza en ascenso
El 14 de septiembre de 2025, la encuesta Plaza Pública Cadem reveló un empate técnico entre Jeannette Jara (PC) y José Antonio Kast (Partido Republicano), ambos con alrededor del 25% de las preferencias, mientras Evelyn Matthei (Chile Vamos) subía al 18% tras un debate presidencial que marcó un punto de inflexión. Este escenario, lejos de ser un simple movimiento estadístico, refleja una reconfiguración profunda en la contienda presidencial chilena, donde la polarización tradicional se ve desafiada por una tercera candidata que capitaliza el desencanto y la búsqueda de alternativas.
Las voces en pugna: ideologías en choque abierto
Desde la izquierda, Jara representa la continuidad de un proyecto transformador, pero enfrenta cuestionamientos por su capacidad de ampliar la base electoral más allá de su sector. Sus seguidores valoran su discurso social, pero 'la alta percepción negativa en redes sociales, que alcanza un 52%', revela una fractura en la recepción ciudadana.
En el extremo opuesto, Kast mantiene un núcleo duro de apoyo, aunque su imagen polarizadora genera tanto adhesiones fervientes como rechazos intensos. Su visibilidad en redes sociales es la más alta, con un 74%, pero también acumula un 47% de sentimientos negativos. Este fenómeno apunta a un electorado dividido entre identificación y rechazo visceral, que dificulta ampliar su electorado más allá de la base republicana.
Matthei, en tanto, emerge como un actor que capitaliza el desgaste de los extremos. Su ascenso, confirmado por la encuesta y el debate, no solo se explica por la percepción positiva en la evaluación del programa (nota promedio de 4,3), sino también por su capacidad para proyectar una imagen de moderación y experiencia. Su base, aunque menor, se muestra más estable y con menor rechazo en redes sociales (43% de recuerdos positivos).
El debate presidencial: un escenario de tensiones y oportunidades
El debate organizado por Chilevisión, con una audiencia del 71%, se transformó en un campo de batalla donde las estrategias y discursos quedaron expuestos. Kast fue considerado ganador por un 17%, seguido muy de cerca por Jara (16%) y Matthei (13%). La evaluación general positiva (49%) contrasta con la fragmentación de opiniones sobre los candidatos, evidenciando un electorado que busca certezas en medio de la incertidumbre.
Perspectivas regionales y sociales: un país dividido y expectante
En regiones tradicionalmente favorables a la izquierda, la caída leve de Jara indica un desgaste que podría abrir espacio a opciones más centristas o incluso a la abstención. Por otro lado, en zonas urbanas y sectores medios, el ascenso de Matthei sugiere un electorado que busca estabilidad y gestión pragmática.
Desde la mirada social, el electorado joven y más conectado en redes muestra una mayor polarización, con fuertes emociones tanto positivas como negativas hacia los candidatos principales, mientras que segmentos más adultos tienden a valorar la experiencia y la moderación.
Verdades a la vista y consecuencias a futuro
La encuesta Cadem no solo refleja números, sino tensiones sociales y políticas profundas que configuran un escenario electoral abierto y fragmentado. La incertidumbre sobre quién llegará a La Moneda se mantiene, pero el ascenso de Matthei introduce una variable que podría alterar alianzas y estrategias.
Además, el alto nivel de rechazo que sufren Jara y Kast en redes sociales anticipa una campaña marcada por la confrontación y la gestión de la imagen pública, donde no bastará con mantener bases sólidas sino que será crucial ampliar el espectro de apoyo.
Finalmente, la polarización que se observa no es solo política, sino cultural y social, reflejando un Chile que aún busca definirse en sus identidades y prioridades. Este escenario invita a la ciudadanía a mirar más allá del ruido inmediato y a considerar las consecuencias de sus decisiones en un contexto más amplio y reflexivo.