
El Banco Central de Chile decidió mantener la tasa de política monetaria (TPM) en 4,75% en su reunión del 28 de octubre, una medida que, a más de dos semanas, sigue generando debate y reflejando la complejidad del escenario económico nacional.
Esta decisión fue unánime entre los consejeros, quienes coincidieron en que los datos disponibles reafirmaban el escenario central del último Informe de Política Monetaria (Ipom). Sin embargo, la cautela domina el análisis: aunque las expectativas inflacionarias se han cumplido, los riesgos para la trayectoria futura de la inflación persisten, lo que obliga a acumular más información antes de avanzar en la convergencia de la TPM hacia niveles neutrales.
El debate interno en el Consejo del Banco Central exhibió distintas miradas. Por un lado, un consejero destacó que, a pesar de la validez del escenario central, la inflación subyacente permanece elevada y las presiones inflacionarias no han desaparecido. Además, la TPM está cerca de la mitad superior del rango neutral, lo que sugiere que aún no es contractiva.
Por otro lado, otro consejero señaló que varios antecedentes apuntaban a una reducción de los riesgos inflacionarios, lo que podría haber abierto la puerta a una baja de 25 puntos base, aunque esta opción fue descartada en la instancia.
Un tercer consejero concordó en que mantener la TPM era la opción predominante, pero enfatizó que de continuar la validación del escenario central, la tasa debería reducirse gradualmente hacia un nivel compatible con la mitad superior del rango neutral. Este análisis toma en cuenta la evolución reciente de salarios, tipo de cambio y actividad económica, que han moderado los riesgos de desviaciones inflacionarias.
El debate no se limita al Banco Central. La presidenta de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Susana Jiménez, ha defendido la autonomía y el rigor técnico del Banco Central, advirtiendo contra cuestionamientos políticos que podrían afectar su legitimidad. 'Los países que progresan son los que tienen instituciones sólidas', afirmó, y llamó a respetar los análisis técnicos incluso cuando sus conclusiones no coinciden con las expectativas o deseos de actores políticos.
En contraste, desde el Ejecutivo, el presidente Gabriel Boric ha expresado discrepancias respecto a la evaluación del impacto de políticas sociales como la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario mínimo sobre el empleo, lo que ha tensionado el diálogo sobre las proyecciones económicas.
El Banco Central anticipa que para la próxima reunión de política monetaria dispondrá de nueva información clave, incluyendo las Cuentas Nacionales y registros adicionales de inflación, lo que permitirá una reevaluación más precisa de las proyecciones de mediano plazo.
Mientras tanto, el mercado inmobiliario muestra señales dispares. El Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del Banco Central revela que, aunque las condiciones para créditos hipotecarios han mejorado y las tasas han bajado a niveles mínimos en casi dos años, el stock de viviendas disponibles sigue en máximos históricos, lo que mantiene débil al sector.
Las empresas inmobiliarias enfrentan presiones estructurales, y pese al impulso estatal a través del programa FOGAES, la recuperación del mercado depende de la evolución macroeconómica y las condiciones internacionales.
Este episodio pone en evidencia la tensión inherente entre la necesidad de mantener una política monetaria prudente y los deseos de flexibilización para apoyar la recuperación económica y el empleo. El Banco Central actúa con una mezcla de firmeza y cautela, consciente de que una reducción prematura de la tasa podría reavivar presiones inflacionarias.
La pluralidad de voces —desde los técnicos del Banco Central, el empresariado, hasta el gobierno— refleja un país en búsqueda de equilibrio entre crecimiento, estabilidad y justicia social.
Finalmente, queda claro que la autonomía y el rigor técnico del Banco Central son elementos centrales para la credibilidad del sistema económico chileno, pero también que la transparencia y el diálogo con la sociedad son indispensables para enfrentar los desafíos que se avecinan.
Este pulso entre cautela y expectativas seguirá siendo uno de los principales focos de atención en las próximas semanas, cuando nuevos datos permitan definir con mayor claridad el rumbo de la política monetaria en Chile.
2025-11-12
2025-11-13
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